huellas
Caminemos juntos como discípulos y misioneros

Señor, ¡Que no sé hacer oración! (14)

Ahora, les presentamos otro ensayo del Padre Carlos Chávez Shelly, titulado: Señor, ¡Que no sé hacer oración!, que nos introduce al tema de lo que es la “oración”, ésa relación especial, natural e íntima que se establece entre el ser humano y Dios Padre, su Creador (Parte 14).

… ¿CÓMO HACER ORACIÓN?

El que canta, reza dos veces

Así dice un conocido pensamiento de San Agustín. Y es cierto; también buena música ayuda a dirigirse a Dios.

Es muy conocido el hecho de que el Papa Juan Pablo II, cuando se recuperaba en el hospital de las heridas que le hicieron aquel miércoles de 1981, día de la Virgen de Fátima, en la Plaza de San Pedro, en Roma, hacía oración oyendo la conocida canción mexicana “Morenita”: le servía para dirigirse a la Virgen de Guadalupe: “Conocí a una linda morenita y la quise mucho; por las tardes iba enamorado y presuroso a verla… Ay morena, morenita mía, no te olvidaré…”.

Cuántas canciones de amor humano limpio han servido a las almas de oración para dirigirse a Dios y su Madre: para hacer oración. San Josemaría Escrivá de Balaguer es un ejemplo; le gustaban especialmente unas canciones mexicanas: “Solamente una vez”, “Cielito lindo”, “María Elena”, etc. Son canciones viejas pero… también hoy en día se componen buenas canciones –no muchas, desgraciadamente; y sí muchas provocativas y obscenas: hay que tener cuidado, pues así como hemos de cuidar la vista, igual el oído–. Pero a algunas se les pueden sacar al menos unas frases y… retorciéndolas un poquito, sirven para orar.

“Sólo Tú me puedes conquistar… Sólo Tú comprendes cómo soy y Tu Luz me alumbra donde voy… Sólo Tú, y nadie más, me tiene a tus pies; la fidelidad me sienta bien, y cuando pienso en Ti, el cielo gris es un diamante azul; me ilusionas Tú, mi amor, sólo Tú…” (Luis Miguel, “fusilándose” a The Platters).

“Hay que empezar desde abajo y luchar por ir subiendo para ver de cerca el Cielo, cuando llegas a lo alto… (Pandora)”.

“Hoy me doy cuenta que me haces falta, y me pregunto qué pasaría si de repente Tú te marcharas para siempre de mi vida… Soy un desastre y sin Ti yo estoy perdido… me siento confundido… ¡Soy un DESASTRE sin Ti! (Timbiriche). “Corro vuelo, me acelero para estar contigo… y encender el Fuego del Amor, corro para estar Junto a Ti” (Timbiriche).

“Junto a Ti no conozco el miedo, no hay camino que yo no pueda andar, Junto a Ti, Junto a Ti, ; es tanto lo que siento, que mi pecho está a punto de estallar, Junto a Ti” (Timbiriche).

Y contra “Flans”, dile al Señor que “Sí controles… mi forma de vestir… mi forma de mirar… etc.”

Decía el fundador del Opus Dei que tenemos un teléfono directo con Dios a través de la oración. Un teléfono más rápido que el “teléfono rojo” que se dice hay entre el presidente de Estados Unidos y los rusos.

Esto me recuerda una canción de Timbiriche que habla de una muchacha que se ha convertido prácticamente en una “esclava del teléfono”, esperando la llamada de su galán… y de otra canción –también de Timbiriche– en que la chica le dice a su amigo que no cuelgue porque… quiere oír su voz.

Estas ideas, debidamente acomodadas al diálogo con el Señor, pueden tener otro sentido. Mira a ver si no:

“Llama pronto por favor… necesito oír tu voz… con tanto esperar, la vida se me va…”. Ojalá seas una “esclava” o un “esclavo del teléfono” directo con el Cielo (sin necesidad de LADA, ni de teléfono Celular).

El apóstol Santiago nos recomienda: ¿Está triste alguno de ustedes? Que rece. ¿Está contento? Que cante salmos” (Sant. 5, 13), y San Beda comenta cuál debe de ser la actitud del cristiano cuando se siente invadido por la “peste nociva” de la tristeza, cualquiera que sea su causa: «Acudiendo a la Iglesia, ora de rodillas al Señor, para que envíe la gracia de su consuelo y no te absorba la tristeza del mundo, que produce la muerte33.

La tristeza es un poderoso aliado del demonio, y uno de sus instrumentos más sutiles para llevar al alma al pecado: hay que reaccionar prontamente contra ella.

San Josemaría Escrivá añade: “Los hijos de Dios ¿por qué vamos a estar tristes? La tristeza es la escoria del egoísmo. Si queremos vivir para el Señor, no nos faltará la alegría, aunque descubramos nuestros errores y nuestras miserias. La alegría se mete en la vida de oración, hasta que no nos queda más remedio que romper a cantar: porque amamos, y cantar es cosa de enamorados”34.

Mira lo que dice “Forja” en este sentido: “¡Recogerse en oración, en meditación, es tan fácil…! Jesús no nos hace esperar, no impone antesala: es Él quien aguarda.

Basta con que digas: ¡Señor, quiero hacer oración, quiero tratarte!, y ya estás en la presencia de Dios, hablando con Él. (…)”35, por el “teléfono rojo” directo… cantado.

Para terminar este breve elenco de sugerencias prácticas para hacer oración, basta proponerte una sencilla forma de acabar: “Te doy gracias Dios mío por los buenos propósitos, afectos e inspiraciones que me has comunicado en esta meditación, te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada; San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda, interceded por mí”.

Como ves, una buena oración debe dar como resultados conceptos: propósitos, afectos e inspiraciones.

Propósitos. Debe haberlos, por lo menos la mayor parte de las veces. Tu oración no puede quedarse en meras palabras: ha de estar llena de realidades y consecuencias prácticas.

Afectos. La oración es trato de amistad, de amor, de afecto con el Señor. Por eso, es lógico que se den manifestaciones de afecto, de corazón, dentro de la oración: ¡Jesús, te amo! ¡Madre mía, cómo te quiero!…

Especialmente es útil recurrir a estos afectos cuando no se nos ocurre tema qué tratar, cuando cuando raemos la cabeza llena de smog…”. Tu inteligencia está torpe, inactiva: haces esfuerzos inútiles para coordinar las ideas en la presencia del Señor: ¡un verdadero atontamiento!

No te esfuerces, ni te preocupes. –Óyeme bien: es la oración del corazón”36.

Inspiraciones. Docilidad… Puesto que es el Espíritu Santo quien, con sus inspiraciones, va dando tono sobrenatural a tus pensamientos, deseos y obras.

NOTAS:

33 Cfr. 2 Cor 7, 10. Super Iac expositio, ad. Loc.

34 Amigos de Dios, n. 92.

35 San Josemaría Escrivá, Forja n. 539.

36 San Josemaría Escrivá, Camino n. 102.

@yoinfluyo

comentarios@yoinfluyo.com

Artículos Relacionados