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Caminemos juntos como discípulos y misioneros

No dejemos que la voz del Papa se apague: Suárez Inda

El Cardenal Alberto Suárez Inda, Arzobispo Emérito de Morelia, concedió una entrevista a Desde la fe al cumplirse un año de la visita de Su Santidad el Papa Francisco a México.

En Morelia, el Santo Padre celebró el 16 de febrero un encuentro con jóvenes en el Estadio “José María Morelos y Pavón”, a quienes les dijo que es mentira que la única forma de vivir es dejando la vida en manos del narcotráfico.

Al respecto, el Cardenal Suárez Inda considera que aquella visita fue un gran impulso para que los jóvenes de México tuvieran un compromiso más fuerte en su vida cristiana y en su participación social, de manera que, a un año de distancia, está presente y está viva la figura del Papa. “Seguimos muy agradecidos, pero al mismo tiempo no debemos dejar que se apague esta voz, y que siga siendo realmente un sacudir de la conciencia de todos”.

Fue en Morelia donde el Santo Padre se dirigió a los jóvenes con estas palabras: “Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama a ser discípulos. Él nunca nos mandaría a la muerte, sino que todo en Él es una invitación a la vida”.

En este sentido, el Sr. Cardenal consideró que los jóvenes siempre tendrán el reto enorme de afrontar las dificultades sin desalentarse, pero consideró que hoy en día éstos son más alegres y valientes para manifestar su fe, con una actitud apostólica que contagia a otros para hacer un verdadero apostolado: “yo he tenido experiencias muy buenas, muy positivas con los muchachos, que hoy están dispuestos a hacer ese lío positivo y sano, a armar una revolución, que es la revolución de la paz, la revolución del amor”.

Mons. Suárez Inda aseguró que los jóvenes de hoy tienen una riqueza que se podría capitalizar, y ser motivo de gozo y esperanza para las generaciones mayores; “debemos valorarlos e impulsarlos para que den todo de sí”.

Fue también en Morelia donde el Papa Francisco, en una Misa con sacerdotes, religiosas, religiosos, consagrados y seminaristas, invitó a estos a no caer en una vida de resignación que paraliza. Sobre este tema, el Card. Suárez Inda consideró que el sacerdote, independientemente de su edad, debe tener sensibilidad para estar con los jóvenes y transmitirles alegría y esperanza, no recibirlos con regaños, sino tratarlos con cariño, ser su guía.

Por último, también se refirió a la vocación al Matrimonio: “Se trata de un llamado a la fidelidad, a una vida de sacrificio. Desgraciadamente muchos no lo ven así, sino como algo a prueba, como algo que fácilmente puede frustrarse si no funciona. Para mí la vocación al Matrimonio es tan fundamental como la vocación a la vida consagrada, pues en la Iglesia, sin familia, no podemos formar el pueblo de Dios”, concluyó.

 

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