La alegría y la emoción por las canonizaciones de Juan XXIII y Juan Pablo II no solamente se vivió en la Plaza de San Pedro. Países de todo el mundo, especialmente europeos y latinoamericanos, vivieron con felicidad el histórico momento, particularmente Polonia donde por obvias razones miles de polacos, fieles y no fieles, siguieron a través de pantallas gigantes la ceremonia presidida por el Papa Francisco.
En Polonia, fueron colocadas pantallas gigantes en varias ciudades como Wadowice, localidad natal de Karol Wojtyła, así como en la ciudad más grande del país, la capital Varsovia, donde el nuevo santo fue Arzobispo.
Del otro lado del mundo, en Costa Rica, más de 20 mil fieles abarrotaron el Estadio Nacional, donde manifestaron su alegría con cantos, bailes y oraciones. Ahí pudieron ser testigos, a través de las pantallas gigantes que fueron colocadas, del momento preciso en que el Papa Francisco hizo la declaratoria formal de la santidad de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II.
No hay que olvidar el origen costarricense de Floribeth Mora, la protagonista del segundo milagro de Juan Pablo II, que fue sanada de un aneurisma cerebral por la intercesión del Papa polaco.
Más al sur del Continente Americano, en Buenos Aires, capital de Argentina, los fieles celebraron con vigilias y misas masivas la canonización de ambos Papas, honrando así a los dos nuevos santos.
En Brasil, el país con mayor número de católicos en el mundo (130 millones de personas) Juan Pablo II fue nombrado patrono de una parroquia en la norteña ciudad de Bahía. El templo inaugurado en 1980 por el “Papa de la familia” durante la primera de las tres visitas que realizó a Brasil. Ahora es llamada “Notre Dame de los Alagados y de San Juan Pablo II”.
Al centro del continente, en la república de El Salvador, los fieles católicos realizaron una procesión y una vigilia desde el sábado, a la espera de la canonización. La Iglesia católica local pidió a los santos Juan XXIII y Juan Pablo II interceder para la pronta canonización de su asesinado arzobispo Óscar Arnulfo Romero. “Estamos esperando ese acontecimiento maravilloso”, dijo en su homilía el obispo auxiliar Gregorio Rosa Chávez.
En Colombia, el evento fue proyectado en salas de cine en 3D, posteriormente los fieles salieron a las calles a celebrar la santificación.
En México, miles de feligreses capitalinos acudieron a la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, donde celebraron las canonizaciones con una velada de oración, cánticos y alabanzas. El domingo, unas 10 mil personas acudieron a la Basílica de Guadalupe, el santuario mariano más importante de América, en la capital mexicana, para una Misa de Acción de Gracias por la elevación a los altares de los dos Papas.
En la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, decenas de miles de fieles comenzaron desde el domingo a hacer fila para poder acceder al interior de la misma y detenerse unos instantes ante la tumba de los nuevos santos. Tras la multitudinaria ceremonia de canonización en la Plaza de San Pedro, en la que el Papa Francisco proclamó santos a los dos pontífices, los peregrinos aprovecharon que el Vaticano dejaría visitar sus tumbas hasta las 22:00 horas (15:00 horas, tiempo de México).
No obstante el cansancio por haber dormido a la intemperie en lugares aledaños a la Plaza de San Pedro para no perderse la ceremonia, la multitud volvió a esperar horas para entrar en el templo y venerar a San Juan XXIII y San Juan Pablo II.
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