La familia y las sectas – 2a parte

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Continuamos con la segunda parte del tema de la familia y las sectas. En el anterior artículo reflexionamos sobre la seducción emocional, la programación mental y la manipulación socio-afectiva que se ejerce en los adeptos de grupos pseudo-espirituales y cómo a través de estos mecanismos van fanatizando a los incautos que caen en estas redes.

Recordemos que son promesas, apariencias de bien, control emocional, mental y socio-afectivo, que lleva a las personas por el camino de su pérdida de identidad y entrada al fanatismo.

Estoy seguro que conoces personas que han sido afectadas en su relación familiar, personal y laboral por este tipo de creencias y actitudes. Conozcamos más a fondo estos engaños para prevenir y proteger a nuestro hogar y seres queridos de personas e ideologías contrarias al Bien común, que se disfrazan con apariencia de Bien.

Creencias-Trampa:

SOBRE EL GRUPO:

“Este es tu camino a Dios, has encontrado tu verdadero camino”. Cuando son agrupaciones con enfoque cristiano manejarán las enseñanzas de la Biblia de acuerdo a sus intereses.

¿Cómo diferenciar un grupo de engaño y uno que no lo es? Cuando es de engaño toman la exclusividad de salvación e influencias con Dios, hacen sentir y creer a sus seguidores que están en el único y verdadero camino de salvación, por lo tanto, para ellos, todas las demás agrupaciones y religiones están mal, quienes no piensen como ellos están en camino de la perdición.

“Manipulación y apego emocional encubierto de fraternidad”. Ante la necesidad de atención y cariño de los nuevos seguidores, serán bienvenidos con muestras de “afecto” y apapachos; estas son carnadas muy efectivas para lograr una relación de apego emocional adepto-grupo. Es por esto que una gran mayoría de integrantes fanáticos son personas muy emocionales y con carencias afectivas.

El apego se ve claro cuando llegan a ser manipuladas, aun maltratadas y no pueden dejar de asistir a “su grupo”, y en peor situación, cuando desean que el líder les grite o les hable fuerte para poder estar mejor. ¿Cuándo Jesús gritoneó a quienes lo buscaban sinceramente?

“El grupo al servicio del líder”. ¿Has escuchado que los miembros de una agrupación se esfuerzan por satisfacer a su líder? Comúnmente los líderes de este tipo de grupos gozan de más bienes materiales, lujos, viajes y comodidades que ni Jesucristo en sus 33 años antes de su resurrección.

El que tengan estas cosas por su propio trabajo es digno, pero el que se aprovechen de sus seguidores y en el nombre de Cristo para llegar a tener abundantes fortunas, es un acto que demuestra su incongruencia de vida.

Sus seguidores fanáticos se ven más activos, ocupados y preocupados en solventar las “necesidades” del líder o agrupación, que lo que dedican en satisfacer las necesidades de sus familias. Son muchos los esposos que casi no ven en casa a su mujer fanatizada, son muchas las esposas que sufren de desatención afectiva y material por su marido fanatizado, los hijos e hijas con padres fanáticos conocerán lo que es el servilismo.

“Sentirse seres superiores a quienes no comparten las ideas del grupo”. Se fomenta la idea y las actitudes de pertenecer a un grupo muy selecto y haber sido elegido por Dios, estableciendo actitudes de soberbia espiritual. Para afianzar más esto, suelen hacer un grupo más exclusivo dentro del mismo grupo, algo así como los avanzados o poseedores de dones o conocimientos especiales.

Su actitud hacia las personas no pertenecientes al grupo es de verlos como personas “dormidas”, “en negación”, “atrapadas por el maligno”, “ignorantes espirituales”, etc.

Es cada vez más frecuente que, aun dentro del catolicismo, vean a las autoridades como simples seres humanos, pero al líder del grupo como el portavoz del Espíritu Santo, defendiendo más los intereses de su guía y el grupo que el bien de su parroquia, de la Iglesia que somos todos.

“Prioridad del grupo sobre la familia”. Es frecuente encontrar personas casadas y con familia que asisten a grupos creyendo que el asistir y servir al grupo es su apostolado. Para las personas que decidieron el estado de vida del matrimonio, su apostolado es su familia, construyendo la Iglesia Doméstica. Si toman esto en cuenta, el ir a un grupo lo enfocarán para prepararse en ser mejores apóstoles en su hogar.

En cambio, en un grupo pseudo-espiritual hacen sentir a sus seguidores que su apostolado es el grupo, no su familia; argumentan que se debe dejar todo por Dios, aun la familia. Es fácil ver que estas personas no dejan todo por Dios, lo dejan por el grupo, ¡por el líder!

“Espionaje encubierto de fraternidad”. En este tipo de grupos, el engaño muy bien encubierto es lo frecuente. El líder logrará relacionarse de manera especial con las personas que son más manipulables y leales a él, estas personas pueden llegar a ser capaces de darlo todo por su falso dios, le servirán para ser su red de espionaje, le informan sobre la vida de los demás seguidores y lo tendrán al tanto de todo lo que pase entre ellos, dándole así más poder para manipular a cada uno de los adeptos.

“Ir en contra del grupo es estar en negación o endemoniado”. El control y programación mental que se aplica lleva a los adeptos a perder su sentido crítico, su análisis realista de las cosas y su capacidad para confrontar aquello que es incorrecto y dañino. Se ejerce presión grupal para que se piense sólo lo que le conviene al grupo, alguna idea contraria será inmediatamente rechazada como algo que procede del demonio, pensar de esa manera es estar endemoniado y si no cambia de parecer será expulsado del grupo. Se promete libertad interior y terminan siendo esclavos de estos falsos ídolos.

“Dejar al grupo es dejar a Dios”. El miedo y la culpa son ingredientes que no faltan en estos grupos. Podremos descubrir fácilmente cuando son grupos de manipulación, observando cómo manejan el miedo y la culpa. El generar miedo no procede de Dios y es una de las maneras más poderosas con que se ha manipulado al ser humano a lo largo de la historia.

La persona con miedo se hace muy dependiente de quien le hace creer que la protegerá; aunque esta misma persona sea la que más la perjudica, por miedo no se alejará de ella. Un miembro con miedo de dejar el grupo es una persona que ya cayó en las redes de la esclavitud.

Quien tiene verdaderamente a Dios en su corazón no toma sus decisiones desde el miedo, las toma desde el amor.

En este tipo de agrupaciones les dicen y hacen sentir a quienes se desean apartar, que es cosa del demonio, que les irá muy mal en su vida, que Dios se molestará y los castigará.

“Hablar con un ex miembro rebelde es traicionar al grupo”. Al líder le interesa mantener su fuente de ingresos económicos, de popularidad, manipulación y demás ganancias. Es por esto que prohibirá abierta o sutilmente a sus seguidores hablar y/o relacionarse con los ex miembros del grupo, sobre todo si se dieron cuenta de los engaños y manipulación que ahí se ejerce.

Fortalezcámonos en nuestro corazón y nuestra mente el deseo de amar a Dios en la verdad y el bien, quien ama la verdad y sirve al bien no será líder nocivo ni tampoco un seguidor fanático.

Recuerdo esta frase que es muy reveladora: “Quien no conoce a Dios a cualquier cosa se le hinca”.

¡No nos vayamos de este mundo sin haber amado a toda nuestra capacidad!

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