Por la tarde del viernes, el Papa Francisco tuvo un Encuentro con Familias en el Mall of Asia Arena, en Manila. En su alocución el Santo Padre subrayó a la persona de San José, santo al que manifiesta una especial devoción.
Señaló tres aspectos importantes: descansar en el Señor, levantarse con Jesús y María, así como ser voces proféticas.
En este sentido, mencionó que Dios comunicaba sus planes a San José por medio de sueños, así que nunca debemos dejar de soñar, en el futuro de nuestros hijos o en las virtudes del cónyuge, no perder las ilusiones. Además, señaló que la oración es el descanso en el Señor y recomendó que los miembros de la familia recen juntos porque “familia que reza unida, permanece unida”.
En cuanto a levantarse con Jesús y María, explicó que hay que actuar. En cuanto José supo el plan de Dios, lo llevó a la práctica, custodió a la Sagrada Familia de todos los peligros. En la actualidad, la familia también debe estar atenta a los peligros que la acechan para prevenirse; señaló que existen “colonizaciones ideológicas que buscan destruir a la familia… La familia se ve también amenazada por el creciente intento, de parte de algunos, de redefinir la institución misma del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de apertura a la vida”.
Con relación a estos señalamientos, recordó al Beato Pablo VI que “tuvo la valentía de defender la apertura a la vida”, que vislumbró la “amenaza de la destrucción de la familia por la privación de los hijos. Pablo VI era valiente, un buen pastor que alertó a sus ovejas de los lobos que venían. Que desde el cielo nos bendiga esta tarde”. Y quien nunca olvidó la misericodia.
Recordó a su predecesor San Juan Pablo II, al mencionar que: “el futuro de la sociedad pasa por la familia” y alzó la voz para decir: “¡Qué gran don para la sociedad si cada familia cristiana viviera plenamente su noble vocación!”
Al referirse a ser voces proféticas, el Papa mencionó que “cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro mundo”. “El amor de Dios se hace presente y operante a través de nuestro amor y de las buenas obras que hacemos”.
Recordó que los obispos de Filipinas han declarado este año como el “Año de los Pobres”, y pidió que “como familias, fuerais, especialmente conscientes de vuestra llamada a ser discípulos misioneros de Jesús”. Traduciendo lo anterior en la atención a los más necesitados así como de los que se encuentran sin familia, en especial los ancianos y los niños, no dejeis que nunca se sientan solos o abandonados, “ayudadlos para que sepan que Dios no los olvida”.
“Jesús ha dormido con la protección de José. No lo olvidéis, el descanso de la familia es la oración”. Y al final pidió que oraran por él, ya que necesita de esas oraciones y siempre cuenta con ellas.
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