La Pascua que celebramos es la fiesta de la vida. Cada vida humana es una persona, cada persona es un hijo de Dios, subraya el Cardenal Antonelli.
Al concluir la Vigilia de Oración “40 Días por la Vida”, el presidente emérito del Pontificio Consejo para la Familia rogó por “que el Espíritu Santo encienda en las conciencias, en las familias y en la sociedad una fuerte responsabilidad, un respeto incondicional y un servicio operativo a favor de la vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural”.
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