El sábado es el día de la semana que se dedica de forma especial a la Virgen María, esto se puede observar al escuchar las oraciones de la Santa Misa de estos días, pero sólo las celebraciones diurnas porque como se sabe ya al caer la tarde, es víspera del domingo y se celebra como tal.
¿Por qué se dedica el sábado a la Virgen María? Quizá no exista una respuesta unívoca, no obstante es un argumento sólido que el sábado fue el día de mayor soledad de María, el día sábado, después de la crucifixión de Jesús y en espera de la Resurrección, el día en que cree contra toda esperanza y donde los seguidores de su primogénito están dispersos.
La advocación de la Virgen de la Soledad evoca precisamente esta realidad de María, el día que pasó sin su Hijo, y la fecha específica en que se celebra esta advocación es el 18 de diciembre. En el estado de Oaxaca, México, es muy grande la devoción por la Virgen de la Soledad, en la gran mayoría de sus templos hay imágenes de Nuestra Señora y en España hay múltiples cofradías dedicadas a Ella.
Por otro lado, los Misioneros del Espíritu Santo tienen un especial cariño por la Virgen María, como los dice el Venerable P. Félix de Jesús Rougier: “Un Misionero del Espíritu Santo debe creer firmemente que sin una especial devoción a María, no hará ningún bien sólido a las almas”. Y la advocación que más tiernamente aman es la Virgen de la Soledad.
Así, el Sábado Santo acompañemos a la Virgen María en el día que su soledad y esperemos junto a Ella la Resurrección del Señor, su triunfo sobre la muerte y el pecado.
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