Conociendo al Papa Benedicto XVI

Para saber

Es natural el deseo de conocer un poco más al Papa Benedicto XVI. Una persona que ha trabajado con él durante años es monseñor Alejandro Cifres Giménez, un sacerdote valenciano de 45 años, que es director del Archivo de la Congregación de la Doctrina de la Fe que dependía del cardenal Ratzinger.

En una entrevista le pidieron que lo describiera, y no dudó en afirmar que es un “hombre muy sencillo, abierto, humilde y que vive en la pobreza”. Y añadió: “Me gustaría aclarar que mi trato no es tan frecuente como para verle todos los días, pero cuando he necesitado alguna cuestión, ese mismo día me ha recibido porque es una persona verdaderamente sencilla, me atrevería a decir de las más humildes del Vaticano”.

Para pensar

Hablando de la humildad, hay una leyenda que nos puede ayudar a reflexionar.

Cuenta el relato que un hombre atribulado subió a lo alto de una montaña para consultarle a un sabio sobre un problema que traía. Al llegar le dijo: Maestro, soy un sastre. Con los años gané una excelente reputación por mi experiencia y alta calidad de mi trabajo. Todos los nobles de los alrededores me encargan sus trajes y los vestidos de sus esposas. Hace unos meses, recibí el encargo más importante de mi vida.

El príncipe en persona escuchó de mí y me solicitó que le cosiera un ropaje con la seda más fina que es posible conseguir en el país. Puse los mejores materiales e hice mi mejor esfuerzo. Quería demostrar mi arte, y que este trabajo me abriera las puertas a una vida de éxito y opulencia.

Pero cuando le presenté la prenda terminada, comenzó a gritar e insultarme: “¿Esto es lo mejor que puedes hacer? ¡Es una atrocidad! ¿Quién te enseñó a coser?” Me ordenó que me retirara y arrojó el traje tras de mí.

¡Maestro, estoy arruinado! Todo mi capital estaba invertido en esa vestimenta, y peor aún, mi reputación ha sido totalmente destruida. ¡Nadie volverá a encargarme una prenda luego de esto! ¡No entiendo qué sucedió, fue el mejor trabajo que hice en años!”

-“Vuelve a tu negocio”, dijo el Maestro, “descose cada una de las puntadas de la prenda y cóselas exactamente como lo habías hecho antes. Luego llévala al príncipe.”
– “¡Pero obtendré el mismo atuendo que tengo ahora!”, protestó el sastre. “Además mi estado de ánimo no es el de siempre”.

– “Haz lo que te indico, y Dios te ayudará”, dijo el maestro.

Dos semanas después, el sastre volvió a subir la montaña.
– “¡Maestro, usted ha salvado mi vida! Cuando le presenté nuevamente el ropaje, el rostro del noble se iluminó: ¡Hermoso!, exclamó. ¡Este es el más hermoso y delicado traje que haya visto!

Me pagó generosamente y prometió entregarme más trabajo y recomendarme a sus amigos. Pero Maestro, deseo saber ¿cuál era la diferencia entre la primer prenda y la segunda?”

– “El primer traje”, explicó el Maestro, “fue cosido con arrogancia y orgullo. El resultado fue una vestimenta espiritualmente repulsiva que, aunque técnicamente perfecta, carecía de gracia y belleza. Sin embargo, la segunda costura fue hecha con humildad y con el corazón quebrado, transmitiendo una belleza esencial que provoca admiración en cada uno que la vea”.

Para vivir

Una misma cosa la podemos con muy distinta actitud. De nosotros depende. El Papa Benedicto XVI nos enseña a emprender cualquier tarea con una actitud humilde, no importando el cargo que se ocupe. Basta recordar sus primeras palabras cuando salió al balcón una vez que fue elegido Papa.

Estas fueron: “Queridos hermanos y hermanas: Después del gran Papa, Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un sencillo y humilde trabajador en la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar con instrumentos insuficientes y sobre todo confío en vuestras oraciones.”

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