El pasado domingo 5 de julio el Papa Francisco emprendió un nuevo Viaje Apostólico y en esta ocasión consideró visitar tres países en América Latina: Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Su primer escala la realizó en Ecuador, que desde la visita de San Juan Pablo II, hace 30 años, Francisco se convirtió en el primer Papa latino y segundo en visitar a esta nación. Arribó al aeropuerto de la ciudad de Quito y fue recibido calurosamente por los fieles y autoridades del gobierno.
Asimismo, el Obispo de Roma agradeció a Dios por permitirle volver a América Latina y expresó a los fieles presentes su alegría de poder compartir estos días con ellos; les pidió que nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios.
Al día siguiente, el Papa llegó a Guayaquil, y como parte de su agenda visitó el Santuario de la Divina Misericordia, en donde recibió el afecto de los ecuatorianos; saludó y otorgó la bendición a religiosos, niños con discapacidad y enfermos.
Más tarde se dirigió al Parque de Samanes para celebrar la Santa Misa y como costumbre realizó su trayectoria en el papamóvil, para así estar más cerca de los feligreses reunidos.
La santa misa se centró en el tema de la Familia y durante la homilía el Santo Padre dijo a los miles de cristianos reunidos que la familia es la institución más valiosa de las personas, porque es el hospital más cercano, es escuela, asilo y por lo tanto aporta el bien común, una gran riqueza social que no se puede sustituir.
Al término, el Papa se dirigió a un almuerzo en el Colegio de Javier con la comunidad de los jesuitas, para posteriormente reunirse con el Presidente de la República, Rafael Correa, y visitar la Catedral de Quito.
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