Un par de anécdotas nos muestran cómo es real lo que Jesucristo Nuestro Señor decía acerca de que los hijos de las tinieblas son más sagaces en su negocio (perder las almas) que los hijos de la Luz:
La primera: Un muchacho con formación, con poca, muy deficiente, o más bien, sin formación, acudió a mí un tanto alarmado, pues habiendo oído las explicaciones acerca de los Mandamientos de la Ley de Dios, que acababa de escuchar de boca de su profesor de teología, al llegar al sexto mandamiento (no cometerás actos impuros), se dio cuenta de que lo que a él le habían inculcado (que todo se valía, excepto violar y no cuidarse) era mentira.
La segunda, también es muy penosa: Tres amigos se plantearon qué hacer un viernes por la tarde –no se percataron de mi inesperada presencia. El primero propuso ir al cine, otro propuso ir al billar… Por fin, decidieron ir a un “Table Dance”.
Sin comentarios.
San Josemaría solía resumir en tres puntos (Amigos de Dios, 187): 1) una fidelidad firme, delicada, alegre e indiscutida a la fe, 2) a la vocación que cada uno ha recibido y 3) a la pureza. El que se quede a la zarzas del camino: la sensualidad, la soberbia… será un desgraciado.
Vuelvo a afirmar que todos tenemos miserias, que no nos deberían mover nunca a desentendernos del Amor de Dios, sino a acogernos a ese Amor, a meternos dentro de esa bondad divina, como los guerreros antiguos se metían dentro de su armadura.
¿Cómo lograremos superar esas mezquindades? Con humildad y con sinceridad salvaje… hay que ir a la dirección espiritual y al sacramento de la penitencia, a los que orientan nuestras almas con el corazón abierto, no lo cerremos; porque si se mete el “Demonio mudo”, es difícil de sacar… lo echa todo a perder. En cambio, si se le arroja fuera inmediatamente, todo sale bien, se es feliz, la vida marcha rectamente… salvajemente sinceros, pero con prudente educación.
Cuando pensamos que tenemos toda la razón, no tenemos razón alguna… acordémonos de aquel endemoniado, que los discípulos no lograron liberar… el Maestro obró tres milagros: el primero, que oyera; el segundo, que hablara; y el tercero, que se fuera el diablo.
Algunas personas han deformado la conciencia, el mutismo, su falta de sencillez, que les parece una cosa recta que es bueno callar. Sucede con personas que han recibido una excelente preparación, que conocen las cosas de Dios… pero están engañados.
Termino, rogándole a nuestro Padre, rogándole que nos conceda la gracia de vivir esa afirmación gozosa de la virtud de la castidad.
Santa María es la pureza Inmaculada. Acudan a Ella los que se sienten intranquilos en su lucha diaria para ser humildes, sinceros, alegres, generosos. Ella nos traerá con la fe y el abandono de niño, el sosiego del alma.
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