El Arzobispo Primado de México, Norberto Rivera Carrera, llamó a la grey católica a respetar la vida humana desde su concepción y a favorecerla hasta que llegue a su plenitud, toda vez que es amenazada por el hambre, la insalubridad, la violencia, la anticoncepción, el aborto, la eutanasia o la manipulación de embriones.
“La Iglesia obediente a Cristo Jesús su maestro, que vino a traernos vida y vida en abundancia, no puede callar ante esas amenazas a la vida humana y debe proclamar con toda libertad el proyecto de Dios”, advirtió durante la homilía dominical pronunciada en la Catedral de México.
En su mensaje, el Cardenal Rivera Carrera recordó a los fieles católicos que deben ser coherentes con su fe en público y en privado, que no pueden, por tanto, sin traicionarse a sí mismos, favorecer proyectos de muerte, “al contrario, están obligados a favorecer todo proyecto que favorezca el desarrollo de la vida humana en todas sus etapas y en toda circunstancia”.
El calvario de la migración
Asimismo, citó el grave problema de la migración, el cual impera en diversos lugares de nuestra patria y del mundo, en donde por guerras o por necesidades económicas muchos hombres y mujeres se ven obligados a abandonar su lugar de nacimiento en búsqueda de mejores condiciones de vida.
“Si bien es cierto que hay quienes logran alcanzar su ideal, no podemos cerrar los ojos ante las situaciones difíciles que deben afrontar y que en ocasiones les cuestan la vida sobre todo cuando se encuentran con ‘polleros’ que aprovechándose de sus necesidades ofrecen medios seguros de transporte que no son más que trampas mortales”, argumentó.
En este orden, explicó que no siempre el llegar a un lugar es signo de que las penalidades de los migrantes han terminado, pues en algunos casos apenas comienza un nuevo calvario por el desprecio de los habitantes de la ciudad o país al que se ha llegado, el desconocimiento de la lengua o de las costumbres, el desarraigo familiar y la soledad en que se encuentran, aunado a la falta de dinero para tener habitación digna o lo básico para alimentarse.
Dijo que sobre este tema hay mucho de qué hablar, pero es necesario que los gobiernos, la sociedad y la Iglesia den prioridad a la superación de las condicionantes que generan los climas de pobreza, violencia e injusticia que obligan a personas, familias y comunidades enteras a emigrar.
Rivera Carrera puntualizó que los obispos de México y de los Estados Unidos han pedido a los fieles católicos que apoyen a sus respectivos gobiernos para que establezcan un enfoque de derechos humanos en materia de migración y para que en sus políticas eviten asimilar la migración a la criminalización y no vinculen sistemáticamente la migración con el terrorismo.
La fe hace al creyente un defensor de la vida humana
Por último, el Arzobispo Primado de México se refirió al tema de la fe, el cual ilumina el caminar de todos los hombres. “La semana pasada recordé que seguir al Señor Jesús es una opción totalmente libre que debemos realizar de manera decidida para hacer la voluntad de Dios. Hoy, en la lectura del libro del Deuteronomio, hemos escuchado cómo Moisés se dirige al pueblo peregrino de Israel, exhortándoles a que en su vida y en su caminar sean fieles a la ley de Dios”.
Recordó que durante los 40 años de su caminar, Israel vivió como un pueblo nómada, en una constante migración hacia la tierra prometida, y todas las vicisitudes que afrontó le ayudaron a crecer en la experiencia de Dios, que siempre acompaña a su pueblo y nunca lo abandona.
“De esta manera Israel creció en su fe. Y así nosotros, ya sea por los procesos propios de la edad, por estar en situación de migrantes o vivir cualquier otra circunstancia, no podemos olvidar que nuestro caminar definitivo debe de conducirnos a Dios, nuestra meta fina”, subrayó.
Finalmente, destacó que la visión de fe hace del creyente un promotor incansable del respeto de la vida humana, de la valoración de su dignidad y del aprecio por su destino final.
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