El 1º de septiembre se llevó a cabo en las instalaciones de la Universidad La Salle, en la Ciudad de México, la Jornada Ecuménica por la Tierra con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que fue instituida por el Papa Francisco, a través de una carta a los Cardenales Peter Turkson y Kurt Koch el 18 de junio de este año.
El Papa decidió que se celebre dicha Jornada de Oración en la misma fecha en que la desarrolla la Iglesia Ortodoxa, que la inició desde 1989, lo cual es una muestra clara de su visión de unidad entre los cristianos.
En la oración de la Jornada Ecuménica por la Tierra participaron el Arzobispo de la Iglesia Ortodoxa en América, Antonio Alejo; el Pastor Jonathan Mikes, en representación de la Alianza Cristiana y Misionera; el Padre Yaacob Boadoui, por la Eparquía Maronita; el Pastor Iván Efraín Adame Adame, por la Iglesia Nacional Presbiteriana; el Pastor Miguel Ortiz Saavedra, por la Iglesia Evangélica Misionera del Pacto; el Archimandrita Padre Andrés Marcos, por la Iglesia Ortodoxa de Alejandría; el Padre Antonio Sánchez y Pérez, por la Eparquía Greco-Melquita, y el Carlos Briseño Arch, de la Iglesia Católica; todas ellas integrantes del Consejo Ecuménico de México.
La oración comenzó con el canto Vine a Adorarte, y a la presentación de los líderes religiosos que presidían la Jornada, siguió un mensaje del Obispo Carlos Briseño Arch, en cierto sentido anfitrión del evento, en el que señaló que San Francisco de Así en el Cantico de las Criaturas “no ve en éstas a seres inferiores, las llama hermanos”, y así, la Creación lo mueve a alabar a Dios: “Laudato Si´ oh mi Signore”. Y citando al Papa, dijo que “el compromiso con el medio ambiente no es opcional”, pero que aun cuando el interés ecológico crea simpatías, hay quienes reaccionan con hostilidad, y esto porque el Papa no omite decir que “no hay ecología sin una adecuada antropología” y subraya los efectos negativos de distintas acciones y actitudes sobre la naturaleza.
Monseñor Briseño Arch también recordó que en la Encíclica Laudato Sí´, se señala que hay quienes, en lugar de atender a los pobres, sólo atinan a buscar la reducción de la natalidad, condicionando ayudas económicas a los países en desarrollo bajo este rubro, y a este respecto enfatizó que es incompatible la defensa de la vida animal con el olvido de vida humana más vulnerable como los bebés no nacidos, los ancianos o los enfermos.
Al término de la intervención del Obispo Briseño, continuó la Jornada con el canto del Himno de San Nectario, ¡Virgen Madre, Alégrate!, por parte del Coro Bizantino.
La Bendición de la Creación se llevó a cabo por parte de la Iglesia Ortodoxa, en la que se agradece a Dios por la Tierra y sus criaturas y se pide Su bendición durante todo el año.
La bendición final la realizó el Pastor Adame Adame, con la fórmula del Libro de los Números que utilizaba San Francisco y ahora sus frailes durante más de 800 años.
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