Muchas personas consideran todavía que la Teoría de la Evolución no deja espacio para un Creador, para Dios, de forma que no habría otra actitud coherente con los resultados científicos que la de sumarse al ateísmo.
Dicha opinión viene avalada también por hábiles divulgadores del conocimiento científico, como Richard Dawkins, Daniel Dennett, Peter Atkins, y un largo etc.
Sin embargo, pese a este funesto coro del ateísmo, cabe sostener precisamente lo contrario, entre otras cosas, porque no se trata de un “resultado científico”, sino de una interpretación filosófica de algunos datos científicos, lo que no es lo mismo. Es decir, es posible distinguir entre la Teoría científica de la Evolución, la cual no afirma ni niega nada respecto a la existencia de Dios, y el Evolucionismo, o determinada interpretación filosófica de dicha teoría, caracterizada por ser materialista y atea.
Pero claro, como el firmante es sacerdote, podría parecer una posición poco imparcial, cuando no tendenciosa. Por ello, prefiero dejar que hablen quienes pueden considerarse como los tres padres de los tres diferentes estadios de la teoría evolutiva, es decir, los tres científicos especialistas en la evolución más importantes de la historia. De esta forma conjuro cualquier sospecha de manipulación clerical.
El primero, obviamente, es el papá de la Teoría, Charles Darwin (El origen de las especies, 1859). Muchos afirman que él definitivamente eliminó a Dios del mundo, pero veamos qué nos dice al final de la primera edición del “Origen de las Especies”, es decir, el origen de esta teoría y de todas sus polémicas antirreligiosas: “Hay grandeza en esta concepción de que la vida, con sus diferentes facultades, fue originariamente alentada por el Creador en unas cuantas formas o en una sola”. Como se ve, no excluye a Dios de su Teoría. Por si quedara alguna duda, afirma en otro sitio: “Jamás he negado la existencia de Dios. Pienso que la teoría de la evolución es totalmente compatible con la fe en Dios. El argumento máximo de la existencia de Dios me parece que es la imposibilidad de demostrar que el Universo inmenso, sublime sobre toda medida, y el propio hombre hayan sido frutos del azar”.
Dejemos pasar los años. Al final de los años 30 del siglo XX se da el maridaje entre Evolución y Genética, que dará lugar a la “Teoría Sintética de la Evolución”. Dicha teoría le proporcionará un segundo aire a la teoría darwiniana y vendrá a ser su complemento necesario. Es obra de diversos investigadores, pero el primero cronológicamente en publicar una monografía al respecto es Theodosius Dobzhansky (Genetics and the origin of species, 1937). Científico y a la vez cristiano ortodoxo practicante, afirmaba: “No veo cómo escapar a la idea de que Dios actúa no sólo en rachas de intervenciones milagrosas, sino en todos los acontecimientos importantes e insignificantes, espectaculares y ordinarios”. Obviamente, no encontraba ninguna oposición, todo lo contrario, entre la teoría evolutiva por él desarrollada y la idea de Dios.
Más recientemente, el fundador de lo que podríamos llamar la tercera escuela evolucionista, la “Teoría del Equilibrio Puntuado”, Stephen J. Gould (La estructura de la Teoría de la Evolución, 2002), uno de los más importantes especialistas en la Evolución de la segunda mitad del siglo XX, agnóstico, se toma la molestia de escribir un libro cuyo título lo dice todo: Ciencia versus religión: un falso conflicto. Publicada en el año 2000, sostiene la teoría de “los magisterios no superpuestos”, es decir, que la ciencia responde a un cierto tipo de interrogantes, mientras que la religión atiende a otro tipo de cuestiones. Que lo diga quien probablemente es el especialista en la Teoría de la Evolución más connotado de los últimos tiempos, que además se define como agnóstico, tiene un particular peso; es decir, no se trata de un Papa defendiéndose desesperadamente de los ataques científicos.
Como se puede observar en este rápido repaso: Religión o teísmo 3, ateísmo o materialismo 0. No es exacto afirmar que la Evolución excluye a Dios, por lo menos en las palabras de los 3 evolucionistas más connotados. Cabe decir también que, en opinión de un número cada vez mayor de biólogos moleculares, parece ser que estamos en los umbrales de un cambio de paradigma, es decir, de superar la teoría evolutiva como explicación última de la vida a nivel biológico. El paradigma religioso en cambio permanece estable, cuando no a la alza…
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