El Arzobispo de Acapulco, Monseñor Carlos Garfias Merlos, visitó este miércoles 16 de septiembre la comunidad de La Pintada, en el municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, donde hace dos años un alud de tierra, rocas y barro bajó por una ladera sepultando medio pueblo. Esta fue la mayor tragedia ocurrida tras el paso de las tormentas “Ingrid” y “Manuel” en septiembre de 2013.
Junto con cuatro sacerdotes, Monseñor Garfias presidió la Misa en la que participaron más de 500 personas, quienes recordaron a sus seres queridos que perdieron la vida, y pidieron a Dios por su eterno descanso.
En la homilía, el Arzobispo de Acapulco, tomando la frase del Salmo 86: “¡Alabemos al Señor de todo corazón!”, comentó que la desgracia vivida hace dos años dejó nostalgia y tristeza por todos aquellos seres queridos que murieron o desaparecieron; pero destacó que en medio del dolor es posible alabar a Dios, porque el pueblo se ha reconstruido, mejorando sus condiciones de vida.
Invitó a quienes están sufriendo a dejarse acompañar.
Motivó a las familias a fortalecerse y exhortó a todos a tener confianza en sí mismos y en los demás, para seguir reconstruyendo, no sólo el aspecto material de sus viviendas, sino principalmente sus corazones, en un ambiente de solidaridad, buscando siempre la paz.
“Reconstruir la persona es recuperar el sentido de vida; es recuperar el sentido del propio valor y el sentido de la capacidad de convivir y realizar la socialización con las demás personas”.
Luego de celebrar la Eucaristía, Monseñor Garfias compartió los alimentos con algunas familias y personalidades del ambiente político que apoyaron y siguen apoyando la obra de reconstrucción de la comunidad de La Pintada, entre ellos los diputados César Landín Pineda, Héctor Vicario y Angie Salomón Galeana.
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