Papa Francisco: “Sin el calor del hogar, la vida se vuelve vacía”

El 22 de septiembre, último día del viaje apostólico del Papa Francisco en Cuba, el programa comenzó muy temprano con la celebración de la Santa Misa en la Basílica de la Virgen de la Caridad del Cobre, a las 8:00 de la mañana.

En su homilía, el Santo Padre habló sobre María, que “lejos de <<creérsela>>… sale a ayudar a su prima Isabel”. La alegría de saber que Dios está con nosotros, dijo el Papa, nos lleva a compartir la alegría como un servicio, “como entrega en todas esas situaciones <<embarazosas>> que nuestros vecinos o parientes puedan estar viviendo”. Y con estos pensamientos se refirió a la Virgen de la Caridad: “Estas tierras también fueron visitadas por su maternal presencia. La patria cubana nació y creció al calor de la devoción a la Virgen de la Caridad”. Dijo que: “<<cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y el cariño>>”.

Recordó que en medio de penurias en las que fue forjada la nación, que no apagaron la fe del pueblo, abuelas y madres también fueron la presencia de la visita de María, en las familias como “el grano de mostaza”. Mencionó que queremos ser Iglesia que como María, sale de los templos y de casa “para acompañar la vida”. “Como María, Madre de la Caridad, queremos ser una Iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación”.

El evento siguiente a la Misa, fue un encuentro con familias en Santiago de Cuba, ciudad a la que había llegado el día anterior. En su mensaje, compartió que el primer “acontecimiento público de Jesús” fue en una boda, en las bodas de Caná.

“Sin familia, sin el calor del hogar, la vida se vuelve vacía, comienzan a faltar las redes que nos sostienen en la adversidad”, dijo. Y subrayó que “la familia nos salva de dos fenómenos actuales, dos cosas que suceden hoy día: la fragmentación, es decir de la división y de la masificación. En ambos casos, las personas se transforman en individuos aislados fáciles de manipular, de gobernar. Y entonces encontramos sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas, que son consecuencia de la ruptura de lazos familiares…”.

Ante la pregunta sobre qué mundo dejaremos a nuestros hijos, el Papa respondió que hay que dejar un mundo con familias, que “es la mejor herencia”. Y no omitió hablar de la Eucaristía: “Se habrán dado cuenta que Jesús quiere utilizar como espacio de su memorial una cena… Un momento vivido y entendible por todos, una cena”.

Al terminar, en el saludo que dirigió desde la terraza, pidió que no se olvide a los abuelos y agregó: “permítanme que les dé la bendición, pero con una condición. Van a tener que pagar algo. Les pido que recen por mí. Esa es la condición”.

Poco después tomó el vuelo de Alitalia, que lo llevaría hacia la Base Andrews de la Fuerza Aérea en Washington D.C., donde sería recibido por el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el Vicepresidente Joe Biden junto a sus respectivas familias. El Papa Francisco, aunque no pronunció un discurso final en el Aeropuerto, tuiteó en su cuenta oficial: “Gracias a todos los cubanos. Gracias de corazón”.

Durante el vuelo respondió algunas preguntas de los reporteros que le acompañan en el viaje. Con respecto al embargo que desde hace medio siglo padece Cuba, dijo que: “Mi deseo es que se llegue a buen término en eso. Se llegue a un acuerdo que satisfaga a las partes”. Y aclaró que no sería un tema que tratará en el Congreso estadounidense.

Por otro lado, con respecto a la cuestión de la disidencia, mencionó que la Iglesia hizo un trabajo de indultos y que fueron indultados más de tres mil. Ante la pregunta de su ser católico, con clara referencia a la portada de una revista en Estados Unidos, el Santo Padre respondió que su doctrina es la Doctrina Social de la Iglesia, “ y si es necesario que yo recite el Credo, estoy dispuesto a hacerlo”, finalizó.

 

 

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