El Papa Francisco llegó a Estados Unidos procedente de Santiago de Cuba, hacia las 16:30 horas del martes 22 de septiembre. El vuelo de Alitalia aterrizó en la Base Andrews de la Fuerza Aérea en Washington D.C., donde fue recibido por el Presidente Barack Obama, el Vicepresidente Joe Biden y sus familias, hecho que resultó significativo. No se pronunciaron discursos en esta acogida oficial, la ceremonia de bienvenida se llevaría a cabo al día siguiente en el South Lawn de la Casa Blanca.
Al día siguiente, 23 de septiembre, en el discurso de Su Santidad propio de la ceremonia de bienvenida, se presentó como “hijo de una familia de inmigrantes” que se encontraba contento de estar en el país que “ha sido construido en gran parte por tales familias”. Recordó que se dirigirá al Congreso de Estados Unidos y que acudirá al VIII Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, para celebrar y apoyar a la institución del matrimonio y de la familia en este momento crítico de la historia de nuestra civilización”.
Señaló que los estadounidenses están comprometidos con la construcción de una sociedad verdaderamente tolerante e incluyente”, destacó que la libertad religiosa sigue siendo riqueza muy preciada en el país, por lo que hay que estar “vigilantes, como buenos ciudadanos, para preservar y defender esa libertad de todo lo que pudiera ponerla en peligro o comprometerla”.
Su Santidad saludó la iniciativa del Presidente Obama para reducir las emisiones contaminantes, cambios que exigen tener presente el “tipo de mundo que podríamos dejar a nuestros hijos, sino también de los millones de personas que viven bajo un sistema que les ha ignorado”. Y agregó que “nuestra casa común” es una más de esos excluidos. Parafraseó a Martín Luther King: “podríamos decir que hemos incumplido un pagaré y ahora es tiempo de saldarlo”.
Además, saludó los “esfuerzos realizados para reparar relaciones rotas y abrir nuevas puertas a la cooperación dentro de nuestra familia humana” que constituyen pasos hacia “la reconciliación, la justicia y la libertad”. Y concluyó diciendo: “Qué Dios bendiga a América”.
Barack Obama dijo al Papa Francisco que “Usted nos recuerda que el mensaje más poderoso del Señor es la misericordia. Eso significa dar la bienvenida al extranjero y con empatía y el corazón verdaderamente abierto”, consignan diversos medios internacionales.
Después tuvo lugar la visita de cortesía al Presidente de Estados Unidos. Obama y Francisco dieron un paseo por los jardines y tuvieron un rato de conversación en la Oficina Oval. En su recorrido en el papamóvil hacia el Encuentro con los Obispos, una pequeñita que había pasado una valla fue impedida de seguir por un guardia de seguridad, pero el Papa, al notar el hecho, la llamó. Así que la acercaron y le dio un abrazo.
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