El Santo Padre Francisco acudió al Encuentro Interreligioso en el Memorial de la Zona Cero en Nueva York, el viernes 25 de septiembre, en el que participó junto con representantes budistas, hinduistas, judíos, islámicos, cristianos, ortodoxos.
En un primer momento, el Papa Francisco hizo un breve silencio frente a una enorme fuente donde se pueden leer los nombres de todas aquellas personas fallecidas en el atentado contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, y depositó una rosa blanca en dicho lugar.
En el interior del Memorial, el Cardenal Timothy Dolan, al comienzo del Encuentro, dijo al Papa que todos somos pecadores; no obstante, algo que hacen muy bien en esa ciudad, es respetar las creencias religiosas de unos y otros. Mencionó que se reúnen, hablan unos con otros y oran juntos.
Todos los representantes de las religiones hicieron uso de la palabra, los primeros en participar fueron quien profesa la religión judía, junto al de religión islámica. Se escuchó la oración de San Francisco, “Hazme un instrumento de tu Paz”, en voz del representante judío.
Tras la participación anterior el Papa realizó una oración, en la que pidió por todos los que fallecieron en ese lugar, ya como víctimas, ya como socorristas, por aquellos que fallecieron en otros sitios atacados el mismo día y para que alivie el dolor de los que perdieron a sus seres queridos. Esta oración fue la misma que pronunció el Papa Benedicto XVI en su vista a la Zona Cero, el 20 de abril de 2008.
Siguieron las participaciones de los otros representantes de las religiones, que contaron con la respectiva traducción al inglés; evidentemente el tema tratado era la paz. En la participación de los representantes ortodoxos se leyeron las Bienaventuranzas, según San Mateo, en griego, y un representante cristiano hizo la lectura del pasaje en inglés.
Tras una oración islámica, se entonó una plegaria judía, acto seguido tocó el turno de Su Santidad Francisco de compartir un mensaje a los presentes. Dijo que “el dolor es palpable aquí” y utilizó el agua de las fuentes para realizar una similitud: “el agua que vemos correr hacia ese centro vacío, nos recuerda todas esas vidas que se fueron bajo el poder de aquellos que creen que la destrucción es la única forma de solucionar los conflictos. El agua cayendo es símbolo también de nuestras lágrimas. Lágrimas por las destrucciones de ayer, que se unen a tantas destrucciones de hoy”.
Mencionó que se había podido reunir con familiares de aquellos socorristas fallecidos en el ataque y que también es posible poder ver otra cara de este hecho, “el poder del amor y del recuerdo”. Comentó que en medio de tanto dolor se dieron muestras de ayuda, que “en ese momento no era cuestión de sangre, de origen, de barrio, de religión o de opción política; era cuestión de solidaridad, de emergencia, de hermandad. Era cuestión de humanidad”.
“Este lugar de muerte se transforma también en un lugar de vida, de vidas salvadas, un canto que nos lleva a afirmar que la vida siempre está destinada a triunfar sobre los profetas de la destrucción, de la muerte”, dijo el Sumo Pontífice. Así, recalcó que debemos decir no a todo intento uniformador y dar un sí a una diferencia reconciliada y llamó a desterrar de nosotros todo tipo de odio, de rencor, lo que sólo es posible como un don del cielo, e invitó a todos a hacer un momento de silencio para pedir que nos empeñemos por la paz.
Y agregó que así la vida de nuestros seres queridos no quedará en el olvido, cada vez que seamos profetas de paz.
El evento culminó con el canto de un coro de niños, e intercambiaron un saludo de paz. El Papa saludó con alegría a quien entonó la oración judía.
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