El Obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez, exhortó a las y los integrantes de las organizaciones de laicos en México a gastar su vida por el proyecto de Jesús. “Es necesario que sean seguidores de Jesús y se impongan por la calidad de su vida de servicio: padres que nos desvivamos por nuestros hijos; educadores entregados día a día a la difícil tarea de educar; hombres y mujeres que hagamos de nuestra vida un servicio a los más necesitados”.
Subrayó que la misión de los servidores de la palabra de Jesús -obispos, sacerdotes, religiosos y laicos-, es la de poner a todos, sin excepción, en una relación personal con Cristo, en el inmenso campo de la acción misionera de la Iglesia, ya que todo bautizado está llamado a vivir lo mejor posible su compromiso, según su situación personal.
“Que Nuestra Señora de los Ángeles interceda por nosotros para que no dudemos nunca en encaminarnos presurosos al servicio de los más necesitados, especialmente llevándoles el mensaje del Evangelio, y que el ejemplo de San Junípero Serra sea para cada uno de los movimientos aquí presentes el modelo de misionero que la Iglesia necesita”, expuso a los participantes de Primer Encuentro “Juntos por México”.
Durante la homilía pronunciada en la celebración eucarística con la cual se clausuraron los trabajos del magno evento que se realizó en el Centro Expositor de Puebla, Monseñor Armendáriz Jiménez dijo que “con gran júbilo y alegría nos reunimos en esta tarde para la celebración de nuestra fe, dándole gracias a Dios por la oportunidad que nos ha dado de poder llevar a cabo durante estos tres días el Primer Encuentro “Juntos por México”.
Una experiencia de fe, esperanza y alegría, dijo, pero sobretodo de comunión, orientada a sumar esfuerzos para que cada cristiano comprometido, cada Movimiento y cada Comunidad Apostólica con el don que ha recibido, se ponga al servicio de la Nueva Evangelización.
“En este tercer domingo de octubre, en el que se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, la palabra de Dios nos recuerda la conciencia de vivir completamente en perenne actitud de servicio al hombre y al Evangelio, como aquel que se ofreció a sí mismo hasta el sacrificio de la vida”, explicó.
El también presidente de la Dimensión Episcopal para los Laicos, de la CEM, convocó a los presentes a liberarse de la tentación de querer estar con Jesús aislándonos del servicio de la caridad y alejados de la realidad.
Atención a los marginados, un deber
“Ya lo decía el Papa Francisco a los nuevos cardenales en febrero pasado: ‘No tengan la tentación de estar con Jesús sin querer estar con los marginados, aislándose en una casta que nada tiene de auténticamente eclesial. Les invito a servir a Jesús crucificado en toda persona marginada, por el motivo que sea; a ver al Señor en cada persona excluida que tiene hambre, que tiene sed, que está desnuda; al Señor que está presente también en aquellos que han perdido la fe, o que, alejados, no viven la propia fe, o que se declaran ateos; al Señor que está en la cárcel, que está enfermo, que no tiene trabajo, que es perseguido; al Señor que está en el leproso – de cuerpo o de alma -, que está discriminado. No descubrimos al Señor, si no acogemos auténticamente al marginado”, argumentó.
En su mensaje a la comunidad de laicos, Armendáriz Jiménez les dijo que en la Iglesia todos han de ser servidores. “Nos hemos de colocar en la comunidad cristiana, pero no desde arriba, desde la superioridad, el poder o el protagonismo, sino desde abajo, desde la disponibilidad, el servicio y la ayuda a los demás. Nuestro ejemplo es Jesús. Quien no vino nunca para ser servido sino para servir. Este es el mejor y más admirable resumen de lo que fue su vida”.
Los llamó a asumir el desafío de servir a la caridad a todos los pobres, los pequeños, los enfermos, aquellos que a menudo son despreciados y olvidados, aquellos que no tienen como pagar, ya que la evangelización, dirigida preferentemente a ellos, es signo del Reino que Jesús ha venido a traer.
“Quienes integramos los movimientos laicales aquí presentes y en cada comunidad diocesana, necesitamos reconocer que el servicio de la caridad a los hermanos nos debe distinguir. Para ello es preciso que a nivel personal y de Movimiento, nos dejemos transformar y asumamos una configuración de nuestros sistemas operativos, de manera que el servicio sea el principal y único objetivo de nuestra misión y tarea apostólica”, aclaró el Obispo de Querétaro.
Para concluir, destacó que el verdadero modelo es Jesús. “Él no gobierna, no impone, no domina, no ambiciona ningún poder. Él No se arroga títulos honoríficos, no busca su propio interés. Lo suyo es servir y dar la vida. Por eso es el primero y más grande”, finalizó Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez.
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