Canoniza el Papa a los padres de Santa Teresita del Niño Jesús

El domingo 18 de octubre, Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), el Papa Francisco celebró la Misa de Canonización de cuatro beatos, hoy: San Luis Martín y Santa Celia Guerín, padres de Santa Teresa del Niño Jesús; así como San Vicente Grossi, fundador de las Hijas del Oratorio; y Santa María de la Purísima, Superiora de las Hermanas de la Compañía de la Cruz.

Al iniciar la tercera semana del Sínodo de las Familias, en Roma, el Papa, como se había anunciado meses antes, canonizó al matrimonio de Luis Martín y Celia Guerín, papás de 9 hijos, de los cuales sobreviven 5, hijas todas, ingresando 4 al Carmelo de Lisieux y una se une a la Visitación en Caén.

Luis y Celia formaron un hogar donde la fe era alegre y se vivía la caridad. Celia fallece a los 45 años y Luis hace frente a las necesidades de su familia, que poco a poco se unía a la vida religiosa; el testimonio de sus padres fue muy importante en esta situación. Luis se encuentra con el Señor a los 71 años de edad, después de sufrir con la enfermedad. Su beatificación se llevó a cabo el 19 de octubre de 2008.

De ellos dijo el Papa en su Homilía que: “vivieron el servicio cristiano en la familia, construyendo cada día un ambiente lleno de fe y de amor; y en este clima brotaron las vocaciones de las hijas, entre ellas Santa Teresa del Niño Jesús”.

Por su parte, San Vicente Grossi, sacerdote, fue ordenado en 1869, y su ministerio se destacó por su solicitud a los pobres, así como por la evangelización, la catequesis y su fidelidad al Papa. Fundó la Congregación de las Hijas del Oratorio, y falleció pobre en 1917. “Fue un párroco celoso, preocupado por las necesidades de su gente, especialmente por la fragilidad de los jóvenes. Distribuyó a todos con ardor el Pan de la Palabra y fue buen samaritano para los más necesitados”, dijo el Papa en la Misa de Canonización.

Santa María de la Purísima es una santa totalmente de nuestro tiempo; su vida se desarrolló totalmente en el siglo XX, nació en 1926, padeció la Guerra Civil española, ingresó a la Compañía de la Cruz, la que atiende a enfermos en sus hogares y apoya a las familias necesitadas. Se distinguió por su caridad y aceptación de la voluntad de Dios. Fue la Superiora General de su Congregación desde 1977 hasta su fallecimiento en 1998. El nombre que llevó en el siglo fue el de María Isabel Salvat Romero.

El Papa Francisco mencionó que “Santa María de la Purísima vivió personalmente con gran humildad el servicio a los últimos, con una dedicación particular hacia los hijos de los pobres y los enfermos”. El Papa comentó sobre los santos recién proclamados que “sirvieron siempre a los hermanos con humildad y caridad extraordinaria, imitando así al Divino Maestro”.

 

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