Guadalupe y la identidad mexicana

El mundo entero se conmovió ante los atentados de los terroristas islámicos en París, Francia, donde hubo más de 120 muertos, la mayoría franceses. Sin embargo, dentro de los muertos hubo algunos de otras nacionalidades, entre ellos una mexicana.

Los atentados fueron reprobados por prácticamente todo el mundo occidental y en poco tiempo se empezó a conocer los detalles del origen y motivaciones de los terroristas.

Un descubrimiento que no lo fue tanto, ya que en algunos videos de ejecuciones del Estado Islámico, al hablar los verdugos era evidente su acento inglés, dejando ver que algunos o muchos combatientes de ISIS eran europeos. Y si, se ha revelado que el Estado Islámico se ha dedicado a reclutar con mucho éxito a jóvenes europeos de varios países, entre ellos belgas, franceses e ingleses. Ante esto, cabe la pregunta: ¿Por qué un joven europeo está dispuesto a enlistarse como soldado del Estado Islámico? Y ¿cómo es posible que estén dispuestos a atentar contra sus propios compatriotas?

En un análisis hecho por académicos estudiosos de la situación internacional, se llegaba a la conclusión que algo que ha favorecido este reclutamiento de jóvenes europeos para el ejército del Estado Islámico es la falta de identidad de los jóvenes europeos, que les permite a los musulmanes captarlos ofreciéndoles una identidad. Esto me recuerda cuando se estaba gestionando la Unión Europea; el Papa en ese momento, San Juan Pablo II, levantaba la voz y pedía que Europa no olvidara su origen cristiano y que se manifestara su identidad en la Constitución de la Unión Europea. Desgraciadamente, no se le hizo mucho caso, y las consecuencias las están pagando ahora, viendo cómo sus jóvenes –sin una identificación con Europa y con su país– no sólo se convierten al islamismo, sino que están dispuestos a atentar contra la vida de sus mismos conciudadanos.

Todo lo anterior debe hacernos reflexionar sobre el origen de la Nación Mexicana y qué características definen nuestra identidad.

Recordemos que en el territorio de Mesoamérica, antes de la llegada de los españoles, existían una gran cantidad de grupos étnicos con cultura, religión y lengua diferentes.

La cultura más extendida era la Mexica, que había hecho un imperio mediante el sometimiento de los otros pueblos; pero ese sometimiento consistía en cobrarles un tributo y respetar su lengua, religión y costumbres.

Si consideramos que una Nación es una población con un mismo idioma, una misma religión, una misma cultura y habitando en el mismo suelo, entonces no se puede decir que en la Mesoamérica prehispánica había una Nación, ya que, en cuanto a idioma o lengua, se pueden contar más de 130 lenguas diferentes que tenían el mismo número de grupos éticos.

Después de la conquista da inicio la evangelización, que en el principio costó muchísimo trabajo, ya que los misioneros se encontraban con muchas dificultades, entre las que estaban:

1. El idioma, que como se ha dicho, habían más de un centenar de ellos.

2. El medio físico, totalmente diferente al que tenían en su lugar de origen, llegando a lugares tropicales con altas temperaturas, alta humedad relativa y con esto una mayor cantidad de insectos y de microorganismos que producían en ellos enfermedades desconocidas. Por esto, de los 12 misioneros dominicos que llegaron en 1525, cinco de ellos murieron en el primer año.

3. Otro obstáculo que se encontraron era el ánimo de los nativos contra los españoles, que eran quienes los habían derrotado, sometido, destruyendo sus templos. Esto no facilitaba la aceptación de los misioneros.

4. Por si faltaba algo, también el mal testimonio cristiano que daban algunos españoles, principalmente las primeras autoridades, no ayudaba a que los nativos quisieran aceptar la religión de quienes veían que vivían con gran incongruencia de esa nueva religión.

Así las cosas, en 1529 hay una carta que Fray Juan de Zumárraga, obispo y protector de los indios, le escribe al rey quejándose de la situación, mencionando que su trabajo misional tiene muy pocos frutos por las razones anteriores, quedándole sólo confiar en Dios, mencionando que si Dios no interviene directamente “esta tierra está a punto de perderse”.

Dios escucha las súplicas de estos frailes misioneros e interviene mandando a su Madre, bajo la advocación de Santa María de Guadalupe, en 1531, cambiando la historia, ya que a partir de ahí, y sin entenderlo los misioneros, inicia una gran conversión y una aceptación de la nueva fe cristiana, comenzando así la construcción de la Nación Mexicana, ya que es con la aparición de Santa María de Guadalupe, que los diferentes pueblos empiezan a unirse en un territorio con una misma Fe, con una misma lengua y una misma cultura.

Por lo anterior, hay que reconocer, como lo hacen millones de mexicanos, que es Santa María de Guadalupe el factor de unión de esta nueva Nación y es una parte importante de nuestra identidad. México tiene identidad, tiene unidad, a pesar de muchos intentos por dividirnos. Aún tenemos a Santa María de Guadalupe que nos une.

* Centro de Estudios Guadalupanos – UPAEP

 

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