1) Para saber
En su reciente visita a México, el Papa Francisco dejó múltiples mensajes alentadores y constructivos, algunos de ellos con su sola actitud o mirada.
Quizá uno de los más emotivos tuvo lugar en el Estado de Chiapas en el encuentro con las familias. Ahí intervino un adolescente de 14 años, llamado Manuel, que quiso compartirle algo de su vida personal: “Antes caminaba, corría, jugaba como todo niño, pero a los 5 años empecé a caerme, se dieron cuenta mis papas, y los médicos detectaron mi capacidad especial; tengo distrofia muscular. Fui perdiendo fuerza en todo mi cuerpo hasta que quedé en silla de ruedas y me puse muy triste al ver que no podía caminar, ni correr, ni jugar. Después platiqué con mis papás, les dije que no se pusieran tristes, que podía hacer cosas más grandes, aunque no pueda hacer lo que otros niños hacen, y empecé a echarle ganas. Mis papás me apoyan en mis planes sintiéndome sin límites como toda persona normal.
“Tengo mucha fe y ha crecido mi esperanza. Sé que Dios me ha bendecido con esta capacidad especial. En Él confío… Antes que conociéramos a Dios, en mi familia siempre había pleitos, hasta que Dios llegó a nosotros y empezamos a ir a la Iglesia. Al principio no me gustaba. Hoy agradezco a mi hermano, que me motivó mucho.
“Ahora salgo en mi silla de ruedas a evangelizar, y lo hago con mucha alegría, a invitar a muchos adolescentes que no conocen el amor de Dios”.
Terminó Manuel pidiéndole oraciones por los adolescentes, pues hay algunos que están en malos pasos y, como nadie los escucha, caen en malas compañías y los llevan por malos caminos.
2) Para pensar
El Papa Francisco agradeció a Manuel por su testimonio y su ejemplo. Además de invitar a los padres y madres a hablar, a jugar con sus hijos, le dijo a Manuel:
“Me gustó esa expresión que usaste: «Echarle ganas», como la actitud que tomaste después de hablar con tus padres. Comenzaste a echarle ganas a la vida, echarle ganas a tu familia, echarle ganas entre tus amigos; y nos has echado ganas a nosotros aquí reunidos. Gracias. Creo que es lo que el Espíritu Santo siempre quiere hacer en medio nuestro: echarnos ganas, regalarnos motivos para seguir apostando a la familia, soñando, construyendo, una vida que tenga sabor a hogar y a familia. ¿Le echamos ganas?”.
Luego nos recordó que Dios Padre le ha “echado ganas” con el hombre: cuando pecó; “cuando el Pueblo de Israel sentía que no daba más en el camino por el desierto, el Padre Dios le echó ganas con el maná. Y cuando llegó la plenitud de los tiempos, el Padre Dios le echó ganas a la humanidad para siempre… ¡y nos mandó a su Hijo!”.
3) Para vivir
Además, siguió el Papa, podemos afirmar que Dios también le ha “echado ganas” a nuestra vida. Y eso es porque su nombre es amor, su nombre es entrega, su nombre es misericordia. Eso nos lo ha manifestado con toda fuerza y claridad en su Hijo: “Jesús es capaz de transformar nuestras actitudes, nuestros sentimientos. Él es capaz de sanar nuestros corazones e invitarnos una y otra vez, setenta veces siete, a volver a empezar”.
Terminó el Papa recordándonos que tenemos la intercesión de la Virgen de Guadalupe, siempre dispuesta a «echarle ganas» dándonos a su Hijo.
@voxfides
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