Desde la columna “Una Mirada en la Historia”, su servidor, el Padre José Luis Bautista González:
En el año 1616, en el mes de abril, funcionando ya el calendario Gregoriano del año 1583, murieron dos grandes personajes en el hito de la Literatura, y me refiero, por parte de la lengua inglesa, a William Shakespeare, y por parte de la lengua castellana, a Miguel de Cervantes Saavedra.
Ciertamente, a través de la lectura de sus novelas, uno puede entender el pensamiento de esas culturas y de esas dos grandes épocas: la Inglaterra del siglo XVI, XVII, y la noble España del siglo XVI y XVII. El grave problema es que hoy casi no leemos; y al no leer, o al quitar estos autores y quedarnos con los del siglo XX y XXI, lamentablemente desconocemos precisamente el sentido de las diversas culturas.
Shakespeare es un enamorado precisamente de la pluma y escribe una variedad de novelas que no solamente retratan las emociones y los sentimientos más profundos del ser humano, sus traumas y sus complejos, como lo podemos leer en Macbeth o en Otelo, donde el autor es desgarrador a través de los personajes que se van moviendo en sus obras; pero también a través de la comedia, como puede ser en la “Fierecilla Domada”, donde hay una bellísima frase que ustedes han de recordar: “Una mujer puede hacer de un caballero un patán y de un patán un caballero”. Puedo recordar aquella trillada historia de “Don Juan”, que por cierto, en la cultura ibérica tenemos la pluma de “Don Juan Tenorio”, de José Zorrilla y del Moral; o “El Convidado de Piedra”, de Tirso de Molina. Shakespeare lo realizó con el nombre de “Cimbelino”; es grandioso, y yo creo que leerlo en inglés es más extraordinario, aunque sabemos que el idioma castellano es más rico que el idioma inglés.
Y por otro lado tenemos a Miguel de Cervantes Saavedra. Cuando uno lee a Cervantes Saavedra bajo la afición de aquel que quiere ser noble caballero, donde culturalmente España no entró al ritmo ni de Francia ni de Alemania, porque todavía en el siglo XVII se soñaba con ser caballero; pero vemos tal vez en la locura de este noble hidalgo la locura nuestra o la locura que tendríamos nosotros que tener, y aquí apelo a otro gran escritor, que más bien es ensayista, humanista y filósofo, Erasmo de Rotterdam con su libro “Elogio a la locura”.
Si uno lee la versión original no actualizada con el español nuestro, es riquísima; podríamos pensar que no solamente es un libro que exalta el ánimo, sino en especial todas las reflexiones que hace “Don Quijote de la Mancha” que entra en el campo de la filosofía, de la historia, de la filosofía del mundo. Por eso digo yo que bendita locura de este hombre hidalgo que, la verdad, termina haciendo lo que muchos maestros ya no hacen: reflexionar sobre el entorno, reflexionar sobre el mundo, reflexionar sobre el hombre, reflexionar sobre Dios.
Estas dos plumas, Shakespeare y Cervantes, son grandiosas. Queda para nosotros el trabajo de hacer un esfuerzo y de leerlos. Que el Señor nos conceda a todos nosotros esa gran capacidad, y que Shakespeare y a Cervantes se las dio.
Muchas Gracias
@voxfides
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