Una petición digital que puede ser firmada online en la plataforma change.org, dirigida “a los parlamentarios y alcaldes de cada país” para pedir que “se dé a conocer la iniquidad de las sanciones contra Siria a los ciudadanos de la Unión Europea (que lo ignoran por completo) y se convierta en objeto de un debate serio y con una consiguiente resolución”.
Esta es la iniciativa puesta en marcha por una serie de obispos católicos, religiosos y consagrados pertenecientes a diferentes Iglesias sui iuris, para pedir que la Unión Europea ponga fin a las sanciones contra Siria que todavía están vigentes.
Entre los primeros firmantes de la petición están el Obispo Georges Abou Khazen OFM (Vicario apostólico de Alepo para los católicos de rito latino), el Arzobispo Maronita de Alepo Joseph Tobji, el Custodio emérito de Tierra Santa Padre Pierbattista Pizzaballa OFM, el Arzobispo armenio católico de Alepo Boutros Marayati, la Comunidad de las religiosas trapenses en Siria, las religiosas de la Congregación del Perpetuo Socorro, las religiosas de la Congregación de San José de la Aparición (que trabajan en el hospital de Saint Louis de Alepo) y Jean Clément Jeanbart, Arzobispo greco católico de Alepo.
El breve texto de la petición contiene una explicación de las contradicciones que marcan la política de sanciones impuestas por la UE, así como una descripción de los efectos devastadores que producen en la vida diaria del pueblo sirio, en el trágico contexto del conflicto, que en cinco años ya ha dado como resultado cientos de miles de muertos y seis millones de refugiados.
“En 2011”, se lee entre otras cosas en el texto que introduce la petición, enviado a la Agencia Fides, “la Unión Europea puso en marcha las sanciones contra Siria, presentándolas como ‘sanciones a los personajes del régimen’, que imponían al país el embargo de petróleo, el bloqueo de cualquier transacción financiera, y la prohibición de comerciar con muchos bienes y productos, una medida que dura hasta hoy, aunque con una decisión algo inexplicable en 2012 se retiró el embargo de petróleo en las zonas controladas por la oposición armada y yihadista, con el fin de proporcionar recursos económicos a las llamados ‘fuerzas revolucionarias de la oposición’.
En los últimos cinco años –continúa el texto de la petición– las sanciones a Siria han contribuido a destruir la sociedad siria, condenándola al hambre, a las epidemias, a la pobreza, fomentando el activismo de los milicianos fundamentalistas que ahora también golpean a Europa”.
Cuantos firman la petición señalan que en la actualidad “los sirios ven la posibilidad de un futuro mejor para sus familias simplemente huyendo de su tierra, pero escapar no puede ser la única solución que la comunidad internacional sabe proponer a esta pobre gente”, en parte porque “encuentran muchas dificultades, debido a la intensa controversia que hay dentro de la Unión Europea”.
En espera que de las difíciles negociaciones en Ginebra y con la esperanza de que las expectativas encuentren una respuesta concreta, los firmantes piden “que las sanciones que afectan a la vida cotidiana de cada sirio sean retiradas de inmediato”.
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