Según el diccionario de la Lengua Española, el término catolicismo se refiere a la religión que practican los católicos, concepto ambiguo que no aclara nada.
En la práctica, el catolicismo sí es una religión, que durante veinte siglos ha sido perseguida, calumniada, atacada, extinguida en algunos lugares, pero a la vez ha sido seguida, ha resurgido, ha transformado a las personas de todo nivel social, cultural, económico y político. Ha sido creadora de enseñanza de todo nivel, ha creado hospitales, ha asistido a menesterosos, ha auxiliado a numerosísimas personas, ha transformado civilizaciones y principalmente, ha llevado a la presencia de Dios a gran cantidad de personas en todo el mundo.
Sin duda que esto representa una ambivalencia que resulta difícil de explicar. ¿Por qué algunos la denostan y otros la alaban y promueven? Desde que Jesucristo inició su vida, ha sido objeto de numerosos acosos, el primero fue el de los romanos que obligaron a la familia a huir a Egipto, y hasta la fecha la Iglesia de Cristo ha sido igualmente acosada. Cristo mismo lo advirtió, pero también advirtió que su apoyo sería permanente, “hasta el fin de los siglos”.
Los dos grandes cismas, llamado de Oriente, por Miguel Cerulario hacia el año 1000, y el de Occidente por Lutero y Calvino hacia el 1500, han conseguido que nuestra religión perdiera muchos adeptos, pero un gran trabajo misionero, en una y otra ocasión, han contribuido a ganarlos. En este momento, cuenta con mil quinientos millones de católicos, sobrepasado solamente por los musulmanes. Inclusive la suma de ortodoxos, la suma de religiones protestantes, están por abajo.
Es bien conocido que la historia de la Iglesia y la Religión muestra capítulos que se consideran inaceptables, como la prédica de las Cruzadas, el terror de la Inquisición (aunque religiones protestantes también la usaron en su defensa). No se diga que el Papado ha vivido capítulos muy difíciles. Pero en momentos recientes, la actuación personal negativa de algunos clérigos de distintos niveles ha sido motivo de grandes escándalos. El Papa Benedicto XVI ha pedido perdón por estos últimos hechos, pero queda claro que hay personas que no saben perdonar, y ciertamente los clérigos con mala actuación quedarán como lacra para la Iglesia Católica y como una lacra permanente. Recordar a los Papas Borgia.
Ahora, el rechazo hacia la Iglesia, es algo no necesariamente relacionado con ella misma, sino con la época en la que vivimos. Hoy todas las cosas se consideran “light”; ¡inclusive el agua!, bebidas y alimentos son así etiquetados, y en general la vida se toma de este modo por muchas personas. Esto quiere decir que hay instituciones interesadas en generalizar este modo de pensar, ya que esto facilita todo. Imposible pensar en sacrificios, tampoco en ayuno, como no sea para bajar de peso, mentir para obtener algún beneficio o librarse de un castigo, violar y prostituirse se ha vuelo muy común. La delincuencia organizada y no organizada encuentra adeptos para obtener ingresos a toda costa y sin importar la manera de conseguirlo.
Esto resulta de la intención ideológica de destruir al cristianismo, particularmente al católico, pretendiendo construir una utópica sociedad sin Dios, en que todo sea relativo y, por tanto, permitido. Esto lo comenta el Cardenal Robert Sarah, que agrega: se trata de presentar lo bello como feo, al bien como malo, y a la verdad como mentira.
Pero los Católicos tenemos la obligación de enfrentar estos tristes hechos, que se hacen patentes a diario en la vida de nuestra patria y de otros muchos países, tanto emergentes como los llamados desarrollados, que en estos aspectos son tercermundistas.
Se atenta en contra de la familia en muchos aspectos, el matrimonio se ha desvirtuado para que los jóvenes prefieran no comprometerse hasta que la muerte los separe, y viven con parejas durante un tiempo y se separan sin ponerse a considerar el gran mal que le traen a los hijos, y en boga el mal llamado matrimonio entre personas del mismo sexo. Conviene precisar que en países donde se hacen buenas estadísticas, estas parejas se separan prácticamente el 100% antes de cinco años de vivir juntos, con robos, asesinatos y otras consecuencias funestas. También la confusión que viven y la burla de parte de condiscípulos les dejan conflictos psicológicos diversos a esos hijos, adoptados.
El mismo Cardenal concluye mencionando que es indispensable dar testimonio continuo en tres diferentes áreas: primera, ser proféticos, para discernir los ataques contra Dios e identificar las amenazas. Segunda, ser fieles en todo lo relacionado con la vida ciudadana, proclamando la verdad en cualquier lugar y circunstancia. Tercero, orar sin desfallecer para capturar la voluntad de Dios y realizarla.
Opina también el Cardenal Sarah que, hoy, la Cristiandad vive el peor ataque desde sus inicios. A todos estos atacantes les estorba el catolicismo y por ello lo desprestigian y tratan de desaparecerlo.
Oremos a Dios y pidamos a Nuestra Señora de Guadalupe su guía permanente.
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