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Los comerciantes reconocen que hace ocho años, al inicio del pontificado de Benedicto XVI, era difícil vender artículos con su imagen, por ello, era necesario ponerlo junto a su antecesor, por ejemplo, las “cajitas” para guardar rosarios por un lado tenían la cara del Papa alemán y por el otro del fallecido pontífice polaco.
Hoy, se vende por sí solo el emérito Papa, aunque algunos dueños de locales tienen cierto temor que tras la Sede Vacante esos artículos dejen de venderse, otros sin embargo, confían en que se venderán aún más ya que desde la renuncia les ha ido “muy bien”.
En promedio, los souvenirs pueden encontrarse desde 50 céntimos de euro, hasta arriba de los 5 euros, a Eduardo Lira, de nacionalidad española quien se encuentra de turismo en la eterna capital cristiana, no le importa pagar hasta 10 euros “porque admiro a Benedicto XVI y es un hecho histórico lo que esta pasando en la Iglesia católica, para mí ha sido inspirador, por lo que no tiene precio, claro dentro de lo que puedo pagar”.
Y es que para nadie pasa desapercibido el hecho de que el Papa Benedicto XVI haya, en un acto de humildad, abandonado el ministerio petrino para dedicarse a una vida de oración por lo que tener un recuerdo de este hecho histórico bien vale la pena pagar.
Lo que también se vende muy bien son las estampillas postales alegóricas a la Sede Vacante las cuales se pusieron a la venta el 1 de marzo y se retirarán en cuanto se nombre un nuevo sucesor de san Pedro. La serie coleccionable con 4 estampillas cuesta 6.50 euros y se puede ver un ángel que sostiene un paraguas que cubre las llaves cruzadas del pontificado.
Algunos vaticanistas esperan que el cónclave inicie el próximo lunes 11 de marzo, aunque la fecha no ha sido definida. Mientras los cardenales se siguen congregando para ponerse de acuerdo los peregrinos se toman su tiempo para escoger el recuerdo de su agrado.
Desde Roma
Maricarmen Rizo, enviada especial @mcrizoa
Twitter: @yoinfluyo
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