Carlos Aguiar Retes, próximo Cardenal de México

El Papa Francisco anunció la creación de diecisiete puestos de cardenales para la Iglesia, entre los cuales se encuentra el Arzobispo de Tlalnepantla, don Carlos Aguiar Retes. Estoy cierto de que es una noticia digna de celebración por las siguientes razones.

1.- Con la designación de don Carlos, México contará ahora con seis Cardenales, dos eméritos y cuatro electores. De esos cuatro, Francisco Robles, de Guadalajara, fue creado por Benedicto XVI; y dos más, Alberto Suárez, de Michoacán, y Carlos Aguiar, por Francisco. Tres pastores con estilos muy distintos, pero en gran sintonía con el Papa. Los vientos de renovación soplan fuerte en la Iglesia mexicana y no para complacer agendas políticas.

2.- Aguiar es un hombre que hace de los consejos de san Pedro y san Pablo una forma de vida. Esto es, siempre da razones de su esperanza a quien se lo solicite, con aguda inteligencia y humildad; y no tiene reserva para evangelizar en todo momento, a tiempo y destiempo.

3.- Don Carlos se muestra digno discípulo de Benedicto XVI, cuando observamos su capacidad de penetrar con sutileza en los laberintos de la realidad, su comprensión del cambio de época que estamos viviendo y la invitación a poner en diálogo fe y razón como ethos distintivo del pensador católico. Al mismo tiempo, por su sentido pastoral, compromiso con la feligresía y mente estratégica para abordar los problemas, es un hombre del Papa Francisco.

4.- Junto con Benedicto XVI, don Carlos entiende la enorme importancia de alimentar la fe con serena inteligencia, pues, de lo contrario, la religiosidad fácilmente se diluye en sentimentalismo y la liturgia en formalismos. Al mismo tiempo, con Francisco, comprende la importancia de que el pastor esté al frente del rebaño para invitarle a avanzar sin temor: en medio para escuchar, acompañar y comprender a la feligresía; y atrás, para seguir a sus ovejas cuando éstas encuentran nuevos pastos.

5.- Estos principios han sido más que simple retórica para don Carlos. Como Arzobispo de Tlalnepantla, los ha tenido que probar una y otra vez, pues se trata de una zona conurbada a la Ciudad de México llena de profundos contrastes, donde existen áreas de gran desarrollo económico en medio de pobreza extrema, donde el crimen organizado y cotidiano golpea con especial virulencia. Ante los grandes retos, ha respondido con una estrategia pastoral de misión permanente, la cual, en su primera etapa, permitió la formación de un pequeño y muy dispuesto ejército de misioneros laicos, entre otras cosas.

6.- Carlos Aguiar es un hombre que no tiene miedo de entablar diálogo franco y productivo con cualquier persona, sin importar posición social, estirpe empresarial o casta política, siempre idéntico a sí mismo. Inteligencia, integridad y humildad son necesarias para lograrlo. Como católico, intelectual y pastor, rompe los moldes y no cabe en caracterizaciones preestablecidas. Es un hecho que no es popular entre quienes confunden el Evangelio con programas políticos y la fe con militancia partidista. Por un lado, dentro de la Iglesia, las “derechas” lo acusan de conceder mucho en lo cultural y social al grado de acusarlo de “liberacionista”, mientras que las “izquierdas” se enfadan por su profunda lealtad a la doctrina de la Iglesia en materia de vida, matrimonio y libertad religiosa. Por otro lado, los críticos rabiosos de la Iglesia, siempre tan puritanos, ven con desconfianza su capacidad para sentarse a la mesa de publicanos y pecadores. Todo lo cual, en lo personal, me infunde gran confianza en don Carlos. Cuando la Iglesia es capaz de romper las estrechas fronteras de la geometría política, significa que goza de buena salud.

7.- En colaboración muy estrecha con el Cardenal Bergoglio, Aguiar fue una de las personas que llevaron a buen puerto la quinta Conferencia del Episcopado Latinoamericano, celebrada en el santuario de Aparecida, Brasil, 2007. Como bien sabemos, aquella fue una reunión de obispos, religiosos y laicos que mostró al mundo la madurez alcanzada por la Iglesia de América Latina. Un acontecimiento que hoy ha trascendido a la Iglesia Universal por la influencia del Papa Francisco. Poco después, don Carlos fue presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Estamos, sin duda, ante un pastor inteligente, con olor a oveja y capacidad de liderazgo en la Iglesia mexicana y latinoamericana quien, como Cardenal, podrá poner sus talentos al servicio del Papa Francisco.

@voxfides

 

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