La paz es el bien supremo para todos los ciudadanos y para todas las comunidades de Myanmar, subrayó un grupo de líderes religiosos birmanos a los líderes políticos y militares.
En el texto del llamado se afirma: “Nosotros, representantes de todas las religiones que viven en Myanmar, dirigimos un llamado a los líderes políticos, a los líderes militares y a los grupos armados, para que busquen la vía de la reconciliación y la paz como bien común de toda la población”.
Los líderes religiosos están preocupados por los nuevos enfrentamientos de este conflicto civil entre los grupos armados y las minorías étnicas y el ejército birmano que se verificaron en los estados de Kachin y Karen, así como por los nuevos actos de violencia religiosa contra la minoría musulmana de los rohingya en el estado de Arakan, que estallaron precisamente tras la conferencia nacional sobre las minorías étnicas organizada en septiembre por el gobierno birmano.
El texto enviado a la Agencia Fides hace hincapié en los elementos de esperanza: “La democracia está en sus albores. Hemos celebrado una nueva conferencia de Panglong con la participación de todos los grupos minoritarios. Nuestro país es cortejado por el mundo. Millones de turistas vienen cada año para visitar este país. Hemos tenido elecciones pacíficas, tenemos un parlamento legítimo. El presidente Daw Su, dirige el país con confianza y sabiduría. Nuestros sueños se están convirtiendo poco a poco en realidad. Apreciamos profundamente a todos los que trabajaron para que esto suceda”.
Pero todavía quedan aspectos negativos: “La pesadilla de la guerra continúa. Más de 200 mil personas siguen desplazadas internamente. A los viejos conflictos se suman otros nuevos. Con la presencia de refugiados prolifera el tráfico de seres humanos, el fenómeno de las drogas y la violencia amenaza con explotar en las comunidades. Los conflictos internos causando un sufrimiento crónico a miles de personas, desalentando el desarrollo humano y causado mucha animosidad”.
Los líderes religiosos recuerdan que, en 1947, el general Aung San, primer ministro del primer gobierno de la nación, “tuvo la visión de involucrar a todos en el diálogo, explorando en primer lugar los factores de acuerdo y dejando las cuestiones polémicas para después. Aung San favoreció una solución federal”.
El texto continúa: “Hacemos un llamado a todos ustedes, líderes políticos de la Liga Nacional para la Democracia, jefes militares, líderes de los grupos armados, partidos políticos étnicos y grupos de la sociedad civil, para explorar una política común de resolución de los conflictos. Hacemos un llamamiento a todos los líderes religiosos para que sean instrumentos de paz. Myanmar necesita una sola religión ahora: se trata de la paz, que es nuestra religión común”. “Somos hermanos y hermanas. Es urgente detener las guerras y construir la paz y la justicia para todos”, concluye.
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