Concede Cardenal Rivera larga entrevista a medios

Este domingo se llevó a cabo el tradicional desayuno navideño del Cardenal Norberto Rivera Carrera con los periodistas que cubren la fuente religiosa, tanto en medios electrónicos como impresos. Al término del desayuno, como ya es costumbre, el Arzobispo de México respondió a las preguntas de los reporteros sobre diferentes temas de interés social.

En primera instancia, el Arzobispo de México habló sobre sus expectativas a nivel nacional para el año que viene; en este sentido, dijo que espera un año de reconciliación. Aceptó que será un año difícil, ya que el país está atravesando por diversos problemas, como recortes presupuestales y crecientes niveles de violencia, por lo que, como mexicanos, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para crecer como sociedad; “lo cierto es que la violencia no puede extinguirse con más violencia, lo que necesitamos es cultivar la paz desde los medios de comunicación, desde el sistema educativo, porque sin esto los problemas seguirán, por más que el Ejército pueda seguir vigilando las calles”.

Posteriormente, el Card. Rivera Carrera habló sobre su renuncia canónica que presentará al Papa Francisco el próximo 6 de junio. “Lo haré con mucho gusto porque creo que Dios ha estado presente en mi vida. Fue Él quien me llamó para que viniera aquí; el Señor me envió por estos caminos, y aquí he estado feliz y contento porque sé que es mi vocación, porque me he encontrado con una comunidad llena de cariño y entusiasmo… Creo que es una decisión muy sabia de la Iglesia que se den estos cambios, que haya gente nueva, porque evidentemente uno va creciendo, y es normal que uno deje la función que está cumpliendo, y permita a otros cumplirla”.

Sobre su trabajo en la Arquidiócesis de México, recordó que oficialmente ha recorrido tres veces todo el territorio en Visita Pastoral, y con motivo de fiestas o impartición de sacramentos ha visitado muchísimas comunidades. Señaló: “En todas ellas siempre vi cariño, entusiasmo y disposición al trabajo, que es lo mejor que le pueden dar los fieles cristianos a su Obispo”.

Externó que una de las tareas más importantes que ha hecho durante su gobierno ha sido impulsar un proyecto evangelizador que ha permitido que la Arquidiócesis de México sea misionera.

En cuanto a sus planes personales a futuro, dijo que aún le falta mucho por hacer: en primer lugar, seguir creciendo en la vida divina, en la vida de santidad, y en su quehacer dentro de la Iglesia. Señaló que con el II Sínodo Arquidiocesano, presidido en 1992 por el Card. Ernesto Corripio, se pudo llegar de manera importante a las familias en la misión evangelizadora de la Iglesia, pero se trata de una misión que debe seguir adelante.

Sobre la adaptación de la Iglesia a los nuevos tiempos, el Sr. Cardenal explicó que no sólo se trata de un cambio cultural, sino de época, y por lo tanto de cambios profundos a los que la Iglesia debe adaptarse: “A veces me pongo a ver cómo estaba la Arquidiócesis de México hace 22 años, cuando llegué, y cómo está ahora, y veo que ha cambiado de una manera extraordinaria, por supuesto en cuestiones de biología, legislaciones, costumbres, políticas, aspectos sociales; en todo esto ha habido cambios muy profundos, y la Iglesia, por supuesto, tiene que cambiar necesariamente. Si no cambiamos, dejamos sin anuncio a muchas gentes que ya utilizan un nuevo lenguaje”. No obstante, dejó en claro que esta adaptación debe realizarse sin modificar los preceptos de Jesucristo, lo que ni siquiera el Papa puede hacer; no puede cambiar el Evangelio por otro”.

Entre los temas más polémicos que se generaron durante el 2016, se encuentran el de la aceptación del uso de la marihuana para fines medicinales y la aprobación de los llamados “matrimonios igualitarios” por parte del Congreso de la Unión, por lo que el Card. Rivera Carrera fue cuestionado también sobre ambos asuntos. En cuanto al tema de los “matrimonios igualitarios” dijo que no es la Iglesia, sino los legisladores los que tienen que resolver sobre esta cuestión, y ellos sabrán lo que hacen; “lo que la Iglesia tiene, no sólo es la libertad, sino la obligación de proclamar la Palabra, de dar a conocer la doctrina de Cristo que se ha mantenido durante siglos. ¡Ay de nosotros si no proclamamos el Evangelio! Sin embargo, a nadie se le puede obligar a tomar determinada conducta, la religión tiene que ser libre”.

En lo tocante al tema del uso de la marihuana para fines medicinales, dijo que la Iglesia siempre ha mantenido una postura en el sentido de que todo lo que opere a favor de la salud del ser humano debe ser aprovechado. “Ojalá que realmente tenga muchos beneficios para la salud; es una bendición que una sustancia pueda aminorar el dolor, traer salud a las personas; en cambio, si se aprueban cosas que vayan en perjuicio del ser humano y de su familia, la Iglesia no las aceptará”.

También se le preguntó sobre la situación de los migrantes en Estados Unidos tras la elección de Donald Trump, quien ha anunciado medidas drásticas en contra de nuestros connacionales al iniciar su gobierno, el próximo 20 de enero.  Al respecto, dijo que la Iglesia no va a esperar a que esto ocurra para preparar estrategias y fortalecer los programas con los que ya se cuentan.

Sin embargo, llamó a los mexicanos a respetar la decisión del pueblo estadounidense.  “A nosotros no nos gustaría que criticaran nuestras decisiones. Con la persona que sea debemos llevar una relación lo mejor posible. En nada nos ayudaría empezar a jugar a las guerritas, y menos con uno que es más grande que nosotros. Es lo que menos nos conviene”.

También llamó a hacer conciencia de que el problema de los migrantes no es del vecino país del norte, sino de nosotros. “Mucha de esta gente ha sido expulsada de México por necesidad y por hambre. Se ha visto en la necesidad de buscar otro país con mejores oportunidades. El problema es nuestro y tenemos que trabajar para que  aquí crezcan las fuentes de empleo, y éstas sean bien remuneradas. No le echemos la culpa a los de arriba de lo que hemos hecho nosotros”.  Puso como ejemplo el campo y las oportunidades de trabajo que éste tiene.

En este contexto, dijo que la situación de los migrantes también debe ser una oportunidad para que la gente se porte mejor. “Las deportaciones –señaló- vienen cuando pescan a nuestros paisanos porque alguno está violentando a su familia. También es muy frecuente que con motivo de estas fiestas, salgan a la calle alcoholizados, y allá no se los llevan al ‘Torito’; allá van de regreso a su casa. Necesitamos un mejor comportamiento de nuestros paisanos”.  Mientras tanto, agregó: “A nosotros nos corresponde ayudarlos cuando han sido deportados, sin culpa o con culpa. No es momento de juzgar sino de apoyarlos mientras ellos consiguen un trabajo digno aquí en su casa”.

Al tocar el tema de la crisis económica que parece avecinarse para nuestra nación durante el siguiente año, dijo que las crisis también son una oportunidad para abrirse nuevos caminos como sociedad. “No creo que esta nueva crisis se compare con otras que se han registrado en México y que se han superado. Pero no solamente corresponde al gobierno hacer algo; la corrupción se da en todos los sectores de la población, se vive en todas las realidades de México. Todos debemos pensar en lo que cuesta a México la corrupción; no es sólo una cuestión de carácter cultural, es algo que llevamos dentro de nuestra naturaleza humana, caída, herida.

Sobre el tipo de relación que ha tenido con gobiernos de diferente signo político a lo largo de sus años al frente de la Arquidiócesis de México, aseguró que ha mantenido un excelente trato con todos, pero jamás para tratar asuntos personales, sino cuestiones que interesan a toda la sociedad. “En determinados momentos ha habido tensiones, pero siempre se han resuelto con el diálogo, con el encuentro; nunca he hallado puertas cerradas para tratar temas de interés general, así como tampoco los gobiernos han encontrado conmigo puertas cerradas para asuntos que tiene que ver con nuestro país”.

A pregunta expresa, se refirió también a la violencia en la Ciudad de México. Dijo que como Arzobispo de esta Ciudad le preocupa mucho esa situación, y es algo que a todos los capitalinos debe avergonzar porque afecta a toda la sociedad. “Yo considero que la mayoría de las familias ha sufrido por lo menos algún atraco o un robo, sino es que hasta un secuestro de algún familiar. Todos, en general, hemos sufrido el impacto de esa delincuencia. Necesitamos ir creciendo en solidaridad, fraternidad, en un cambio de actitud para con nuestros prójimos, porque por el camino de la violencia, el atraco, el robo, el asesinato, nos vamos a destruir. Yo espero que en esta Ciudad de México las cosas mejoren; me interesa que hagamos proyectos de un verdadero cambio de actitud para con los demás”.

En cuanto a los obstáculos que ha tenido como Arzobispo de México y los ataques que de manera sistemática se han vertido contra su persona, dijo que son naturales las críticas para todo aquél que funge como cabeza de una comunidad. Externó que ha sido acusado reiteradamente de proteger sacerdotes pederastas; sin embargo, quienes han hecho esas denuncias no tienen ninguna prueba.

“Yo no he protegido a ningún pederasta. Aquí, en la Arquidiócesis, unos 15 sacerdotes han sido juzgados y recibido sentencia; nosotros hacemos la investigación, la mandamos a la Congregación para Doctrina de la Fe, en Roma, y siempre se han atendido nuestras denuncias; sin embargo, no falta quien inventa que yo protegí a determinado cura pederasta, cuando en realidad éste ya está en la cárcel o retirado de su ministerio. Se ha dado el caso de que hemos denunciado a algún sacerdote, pero la autoridad no ha encontrado elementos para seguir adelante. Actualmente, a nivel federal se han anunciado medidas más severas contra los pederastas. Nosotros desde hace 18 años tenemos normas claras para prevenir y sancionar este tipo de crímenes. En la Arquidiócesis de México tenemos cero tolerancia contra este horrible crimen, que destruye vidas y familias”.

Explicó que tampoco faltas las críticas en otros sentidos, como las que ha recibido cuando ha inaugurado comedores para personas necesitadas, como el que justo este día inauguró en la Catedral de México. “Cuando inauguré el comedor donde estamos dando 600 comidas diarias en la parte de la Basílica, fui criticado; cuando iniciamos la Plaza Mariana no faltaron obstáculos; pero lo que he hecho, lo he hecho correctamente, no he violado la ley. Hay quien dice que esos terrenos eran de la Ciudad; y sí, pero nadie me los regaló, sino que los compré e hice un mercado para la ciudad, un mercado más grande del que me habían pedido; los compré a un alto precio, no me apropié de ellos”.

Finalmente, se refirió a un supuesto distanciamiento en la relación con el Papa Francisco. En este sentido, dijo tener una excelente relación con él, la misma que tuvo con san Juan Pablo II y con el Papa Benedicto XVI, a quienes agradeció la confianza de permitirle desempeñar su ministerio episcopal por tantos años en la Ciudad de México. “Con el Papa Francisco, antes de ser electo, teníamos amigos en común, y nos reuníamos para platicar con ellos en Roma. En una ocasión lo visité en Buenos Aires. Él ha tenido detalles de mucha confianza con un servidor. Me mandó a bendecir al iglesia que él le construyó a san Juan Diego en Buenos Aires. Me pidió también que fuera como su representante a Guatemala con motivo del Bicentenario de la Catedral de esa ciudad y de un Congreso Eucarístico Arquidiocesano que se realizó con este motivo”.

Además, señaló que pese a la grande responsabilidad que tiene al frente de la Arquidiócesis, el Papa Francisco le ha seguido confiando tareas en seis congregaciones pontificias, entre ellas las relacionadas con el Clero, la Familia, el Culto Divino, la Vida Consagrada y Economía, entre otras. “Son muchas las muestras de confianza del Papa para con el Arzobispo de México; sin embargo, los años también hacen que uno no tenga la resistencia para estar atendiendo a los llamados de estas comisiones como constantemente lo he hecho. Espero que poco a poco pueda ir dejando estas responsabilidades. Lo que es un hecho es que han sido muestras de mucha confianza, de verdadero cariño que ha tenido el Papa para con un servidor.

Por último, desmintió que vaya a celebrar el próximo 26 de diciembre en la Basílica de Guadalupe una Misa para recordar a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. “A mí nadie me ha invitado a celebrar esa Misa. Me enteré por la radio”. En este sentido, aclaró que los padres de los estudiantes pertenecen a una diócesis y provincia eclesiástica precisa, que ha estado muy activa en la atención a las víctimas. “Pero un servidor, así como otros obispos, hemos intervenido para que realmente se haga justicia en este acto tan terrible, para que se le haga justicia a estas familias que sufrieron la muerte de un ser querido, de un joven que podría haber tenido un futuro brillante”.

Al final de la larga entrevista, el Card. Norberto Rivera Carrera entregó presentes a los reporteros de la fuente religiosa y se tomó la fotografía del recuerdo, como lo ha venido haciendo desde hace más de diez años.

 

 

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