1) Para saber
Hoy en día, a pesar de haber muchos progresos, aún no se vive en todas partes una libertad de religión. Incluso sigue habiendo mártires. A ello se refirió el Papa Francisco: “Hay muchos cristianos hoy en el mundo que son perseguidos, insultados, encarcelados… ¡Hay muchos cristianos en la cárcel, sólo por llevar una cruz o por dar testimonio de Jesucristo!, pero que ‘no es noticia’ para los medios de comunicación”, lamentó el Papa.
Ese testimonio de los mártires al mantener la esperanza, la fe, el ánimo ante la adversidad, ha de ayudarnos para no quejarnos cuando algo nos falta. Nos enseñan a estar firmemente apoyados en el Señor, de tal manera que sepamos resistir cualquier incomodidad o molestia.
2) Para pensar
Un ejemplo edificante ha sido el del cardenal y obispo Francisco Javier Van Thuan.
A pesar de padecer una situación deprimente, le bastó la presencia de Jesús para sobrellevarla de modo incluso alegre.
En 1975, poco después de haber sido nombrado arzobispo en Saigón, Vietnam, con la llegada del régimen comunista fue arrestado injustamente, sólo por ser de la Iglesia Católica. Pasó trece años en la cárcel y luego arresto domiciliario. Al final de su vida fue exiliado y se le prohibió regresar a su país.
Durante su encarcelamiento, comentaba que no había horarios, sin noches ni días, pues no tenía ventanas y lo torturaban despertándolo a todas horas. Experimentó lo que dice un refrán de su tierra: “Un día de prisión vale por mil otoños de libertad”. Cuando llovía se inundaba su celda, introduciéndose con el agua muchas clases de animales. Lo metieron con cincuenta detenidos y dormían en una cama común. Cada uno tenía derecho a sólo cincuenta centímetros de ancho.
Comentaba el arzobispo que suelen preguntarle si pudo celebrar la Santa Misa. Cuando lo detuvieron pidió le llevaran su “medicina”. Sus fieles entendieron y le mandaron una pequeña botella de vino con una etiqueta que decía “Medicina para el dolor de estómago”, y entre la ropa escondieron las hostias.
Testimonia el cardenal: “No podré expresar nunca mi alegría: celebré cada día la Misa con tres gotas de vino y una de agua en la palma de la mano. Cada día pude arrodillarme ante la Cruz con Jesús, beber con él su cáliz más amargo… Fueron las Misas más bellas de mi vida… La oscuridad de la cárcel se convirtió en luz pascual”. El Papa Benedicto XVI inició el proceso de su beatificación.
3) Para vivir
El Papa Francisco habló del valor del martirio para la Iglesia de hoy y de mañana, y llamó a conservar “la memoria de los mártires, que sufrieron y dieron la vida como Jesús… Los mártires son los que sostienen la Iglesia”.
Dijo el Papa que es una humillación para los cristianos que no sufren esa persecución, pues “nosotros, que lo tenemos todo, que todo nos parece fácil, si nos falta algo, nos quejamos. Pensemos en nuestros hermanos y hermanas que hoy, en un número mayor que en los primeros siglos, sufren el martirio”, expresó.
El Santo Padre invitó a rezar “por nuestros mártires que sufren tanto, por esa Iglesia que no es libre de expresarse. Ellos son nuestra esperanza, porque la sangre de los cristianos, la sangre de los mártires, es semilla de cristianos”.
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