¿Podemos evangelizar sin dimensión social?

Debemos nuestra naturaleza relacional, al hecho de que Dios nos ha hecho como Él; pero no podemos ser familia y ver a los niños pasar hambre o que tengan un coeficiente mínimo porque su madre no pudo alimentarse adecuadamente, señaló la Dra. Susana Nuin Núñez, Directora de la Escuela Social del Centro de Estudios Biblico-Teológicos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y Colaboradora de la Escuela Sophia, en Florencia, Italia, quien ofreció la conferencia “¿Podemos evengelizar sin dimensión social?” en el Instituto Mexicano de Doctrina Cristiana (IMDOSOC).

Susana Nuin, señaló que en el continente la mayoría de la población es católica, aunque también es el continente de mayor desigualdad, pero “no el más pobre”. Por supuesto que América posee grandes riquezas desde la flora y la fauna, hasta la minería y el petróleo. Indicó que “todo viene de Dios para todos” y afirmó “no somos hijos de la pobreza”, al considerar las riquezas también culturales, nos erguimos.

Si América posee estas grandes riquezas naturales y culturales, Nuin se pregunta “¿donde esta la falla?”, y acotó que vivimos un divorcio entre nuestra religiosidad y nuestra vida cotidiana. 

La dignidad la otorga Dios, señaló y a nosotros nos corresponde respetarla, señaló la expositora urugaya, pero no comprendemos que en el hermano está la presencia de Dios. Pareciera que tenemos dos catequesis, una en el templo y otra como jefes, patrones o trabajadores.

Pero Susana Nuin, reconoce otra fractura, un desconocimiento del verdadero ser de Dios, es dicir que no tenemos en cuenta que Dios es Trinidad, relación de amor, familia, por lo tanto no podemos pensar en un Dios solitario y lejano, sino que estamos rodeados del amor de Dios, nacidos para relacionarnos.

Nuestro ser social nace de que Dios nos ha hecho como Él. Y si somos seres de relaciones no podemos aceptar abismales diferencias. No se puede tener una sensibilidad abstracta porque el Verbo se encarnó, debemos se expertos en reconocer la presencia de Dios en los demás, señaló.

No niega tampoco el conflicto y la diferencias pero se pregunta ¿qué conflicto no es un oportunidad si se sabe gestionar?

Si tuvieramos presente que somos familia en su Ser Familia, entonces tomaríamos mayor conciencia de con quien vivimos y compartimos esta casa común, es decir, con otros hermanos. No podemos ser familia y ver que los niños pasan hambre o tiene un coeficiente muy bajo porque su madre no se alimentó durante el embarazo. Hacemos campañas muy grandes en favor de la vida, lo cual está bien, pero hacemos muy poca campaña cuando la gente no tiene trabajo, techo y tierra, sentenció.

Nuin Nuñez enfatizó que el CELAM realizó un sallto muy importante, en su V Conferencia en Aparecida, Brasil, donde se consideró que la vida digna debe ser tal, a lo largo de toda la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Manifestó que ante las necesidades de nuestros hermanos debemos ser resurrección, como ella lo define ser amor creativo, que reacciona ante el dolor ajeno, que busca soluciones.

Ante el cuestionamiento inicial ¿podemos evangelizar sin dimensión social? Señaló que evangelizar es ante todo un testimonio, ser resurrección. Jesús se abajaba para que nadie quedara por debajo de él. “La evangelización es para todas las personas y en todas las dimensiones o no es evangelización”.

Por otro lado la doctora señaló que la doctrina social de la Iglesia es un camino posible para esa evangelización, porque encontramos una serie de ayudas para desarrollar ese empeño social, siendo esta es el resultado de cientos de años de intentar focalizar las cuestiones sociales.

No obstante lo anterior, la reciente Carta Encíclica “Laudato si, sobre el cuidado de la Casa Común” del Papa Francisco, muestra un salto metodológico; se toca un tema pero con relación a todo. Se señala que el mundo no puede ser analizado al tener en cuenta uno solo de sus aspectos. “Laudato si´” indica que todo es relación y es dinámico. De esta manera un planteamiento ecológico es un planteamiento social, escuchar el clamor de la Tierra y el clamor de los pobres.

Sin embargo no son cuestiones que surgen de la nada sino que la encíclica, tiene su fundamento en la Sagrada Escritura, en los padres de la Iglesia y en los santos. Indica que la paz, la justicia y el cuidado de la creación son temas relacionados, que no pueden zanjarse en forma aislada, abre un diálogo desde la interdisciplinariedad, indicó.

 

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