1) Para saber
En ocasiones la tristeza está causada por el egoísmo. Sucede cuando se vive sólo para uno mismo, es una “autorreferencialidad”, sin tener en cuenta a los demás.
El Papa Francisco nos previene ante este peligroso padecimiento que nos acecha. Se trata, dijo, de la “enfermedad del espejo”. ¿En qué consiste? Es el narcisismo de contemplarse a uno mismo e ignorar a los demás. Es preciso romper con esa dinámica destructiva, e invitó a poner esfuerzo: “¡Rompan el espejo! ¡No se miren en el espejo, porque el espejo engaña!… Hay que dejar de centrarse en uno mismo e ir hacia fuera, hacia la alegría de vivir por Dios y para Dios”.
2) Para pensar
¿Por qué se habla de “narcisismo”? ¿Quién era Narciso? Se trata de una leyenda muy antigua incluida en la mitología, tanto en la griega como la romana. En su versión latina transmitida por Ovidio, se cuenta que la ninfa Eco se había enamorado de un joven llamado Narciso, el cual era muy bello, pero también era muy vanidoso y egoísta.
Un día, mientras Narciso estaba cazando ciervos, la ninfa Eco siguió sigilosamente al hermoso joven, ansiando dirigirse a él. Sin embargo, ella era incapaz de hablar primero, ya que la diosa Hera la había maldecido a solo poder repetir la última palabra de lo que otros decían. Cuando finalmente Narciso escucha sus pasos detrás de él, pregunta: “¿Quién está ahí?”, a lo que Eco responde: “ahí”. Y continuaron hablando así, pues Eco únicamente podía repetir lo último que otros decían. Pero cuando la ninfa se mostró, Narciso, al igual que había hecho con muchas otras mujeres, la rechazó y le dijo vanidosamente que lo dejara en paz, pues ella no era tan bella como él, y se marchó repudiándola. Eco se quedó desconsolada.
Pero Némesis, que era la diosa de la justicia, al ver lo arrogante y soberbio que se había portado Narciso, lo engaña para que vea su imagen reflejada en un arroyo. Al verse reflejado en las aguas, la visión de su belleza y lozanía lo atraen, pero su vanidad lo atrapa en un castigo sin fin. Narciso, cautivado por su imagen se acerca y cae en el arroyo y en el lugar donde yacía su cuerpo, creció una flor que llevaría su nombre: el Narciso.
La moraleja se aplica para aquellos que no dejan de verse a sí mismos, rechazando a los demás por considerarlos inferiores, y al quedar encerrados en sí mismos, se autodestruyen, al perder la oportunidad de amar.
3) Para vivir
El Papa alertó sobre el narcisismo, ese estar contemplándose a sí mismo e ignorar a los demás. El narcisismo produce tristeza, porque se vive preocupado de aparecer mejor de lo que se es, de compararse para ver si se tiene una belleza mejor que la de los demás.
En este sentido, advirtió el Papa que “un joven que se mete en sí mismo, que vive solamente para sí mismo, termina, ‘empachado’ de autorreferencialidad.
No hay que quedarse viendo el espejo, al contrario, el Papa invitó a mirar hacia afuera, mirar a Dios y a los demás. Y si un día quieren mirarse en el espejo, “les doy un consejo: mírense al espejo para reírse de sí mismo. Hagan la prueba, se les va a refrescar el alma. Saber reírse de uno mismo, eso nos da alegría y nos salva de la tentación del narcisismo”.
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