La Arquidiócesis de México, celebró su peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe con sentimientos encontrados por terminar el ministerio del cardenal Rivera Carrera al frente de la Arquidiócesis y por la llegada de un nuevo pastor, el cardenal Carlos Aguiar Retes, señaló en su homilía Mons. Armando Colín Flores, obispo Auxiliar de la Primera Vicaría y quien presidió la celebración eucarística.
Alrededor de las nueve de la mañana, miles de personas se congregaron en la ex glorieta de Peralvillo, al inicio de la calzada de Guadalupe, para dar inicio a la Peregrinación, en cuya vanguardia iban los señores obispos auxiliares de esta Arquidiócesis. En un hecho inusitado la VIII Vicaría llevó consigo a la centenaria y muy venerada imagen del Niño Dios conocida como el Niñopa, por lo que acompañaban a este contingente varios danzantes y muchos fieles.
Al llegar al Santuario Mariano, y tras la procesión de entrada, el Rector de la Basílica, monseñor Enrique Glennie, hizo un balance de la labor del cardenal Rivera como Arzobispo y señaló que existe un enorme sentimiento de gratitud, por quien durante 22 ha sido nuestros pastor y custodio de la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Reconoció su ministerio fiel y apegado al magisterio de la Iglesia y siempre guiado por las orientaciones del Segundo Sínodo Arquidiocesano, fortaleció las estructuras eclesiales y se preocupó por las vocaciones, creando dos seminarios. Destacó su preocupación por la salud de los sacerdotes y la formación de los seglares y es loable su apoyo a la familia. Ha sido un hombre de equipo, y además práctico y decidido.
Dijo que su determinación logró mantener unida a la arquidiócesis “ante las propuestas de dividirla en varias diócesis autónomas”. Indicó que somos testigos de la violencia que se ejerce contra la iglesia, que se personaliza contra los pastores que iluminan las conciencias, y subrayó que no se entendería su ministerio sin el amor a la Virgen de Guadalupe en su corazón.
El obispo Armando Colín destacó que la VIII vicaría, peregrinó a pie hasta la Basílica de Guadalupe, trayendo consigo, al Niñopa, con ocasión de pedir por la solución a los destrozos ocasionados por el sismo del 19 de septiembre en la zona de Xochimilco.
El obispo auxiliar, subrayó que esta peregrinación se encontraba matizada por sentimientos encontrados, por hallarse en un momento de transición, por una parte un sentimiento de cariño y respeto por los trabajos pastores del Cardenal Rivera y por otro lado la alegría de la esperanza por la llegada de un nuevo pastor, el Cardenal Aguiar.
Señaló que pedimos a Dios ante los tiempos que se avecinan, en este año de elecciones, para discernir quienes serán nuestros gobernantes y que lo hagan “con justicia y transparencia”. Dijo que se encontraban para presentar a Dios, nuestras alegrías y tristezas así como nuestros trabajos, pero también nuestros proyectos.
Con relación al Evangelio proclamado, subrayó que Jesús eligió a “hombres rudos pero obedientes a su Señor”, como el Cardenal Rivera que fue llamado a dirigir la Arquidiócesis, sirviendo previamente en Tehuacán. Enfatizó, además, el interés del cardenal por los jóvenes.
Recordó que don Norberto cada año entregaba sus orientaciones pastorales, no obstante ante la llegada del nuevo pastor, les ha exhortado a continuar laborando en “los programas troncales”, en espera de las determinaciones de su sucesor. Uno de los aspectos fundamentales, señaló, es la juventud, ya que nos encontramos en el año de la juventud, próximos al Sínodo de los Obispos que se realizaría en octubre y a las puertas de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, cuyos caminos deben estar en franca sintonía, como lo ha solicitado el Papa.
Enfatizó que las nuevas generaciones son capaces de enfrentar los retos para llevar la buena nueva este mundo, como lo fue San Juan Diego y puntualizó que se debe motivar el encuentro con Cristo de cada joven. Invitó, a su vez, a preguntarnos. cómo transmitir la fe a las nuevas generaciones y recordó que el Papa señaló que la alergia es un signo del encuentro con Dios.
Monseñor Colín indicó que así como el Señor a elegido a don Norberto, ha llamado ahora a don Carlos Aguiar, “para que por la fuerza del Espíritu Santo y la unción” puedan gobernar esta grey.
Destacó que al cardenal Rivera, le tocó un verdadero cambio de época y que afrontó diversos problemas con mucha firmeza. Finalmente cuestionó “¿cómo estamos aprovechando el año de la juventud?”, sin embargo confió en la ayuda de Santa María de Guadalupe, “quien sin duda abrirá las puertas de los corazones de aquellos jóvenes alejados para que escuchen el mensaje de los mucho que Dios Padre no ha amado”.
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