En principio, se tenía programado que la reunión de los 50 obispos de Latinoamérica se diera en la ciudad de Bogotá, sin embargo, los religiosos decidieron cambiar el lugar de reunión luego de que el año pasado, en la JMJ Madrid, el Papa emérito anunciara a Río de Janeiro como sede del próximo encuentro con los jóvenes.
Se espera que Francisco y el CELAM aborden el tema de la renovación pastoral a través de las orientaciones del Documento Aparecida que se elaboró en mayo de 2007, durante la V conferencia del Consejo Episcopal. En aquella ocasión, el entonces cardenal Bergoglio aseguró que actualmente vivimos en un mundo globalizado y que en el caso de América Latina y El Caribe, estas naciones han ido evolucionando hacia la democracia.
No obstante, aún hay “motivos de preocupación ante formas de gobierno autoritarias o sujetas a ciertas ideologías que se creían superadas, y que no corresponden con la visión cristiana del hombre y la sociedad”. En aquella ocasión los obispos también mostraron su preocupación por la economía liberal de algunos países latinoamericanos que al no tener siempre presente la equidad, “siguen aumentando los sectores sociales que se ven probados cada vez más por una enorme pobreza o incluso expoliados de los propios bienes naturales”.
Además del gran significado personal que el documento de Aparecida tiene para Francisco, este año también será memorable pues será la primera vez que un Papa estará presente en la Reunión General de Coordinación, celebrado cada año y que tiene como finalidad evaluar las actividades ejecutadas así como precisar los programas a realizar.
Recordemos que a finales de abril, la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano tuvo oportunidad de reunirse con el pontífice como parte de la visita anual que el CELAM realiza a la Santa Sede. En esa ocasión, los obispos invitaron al pontífice a que estuviera presente en la reunión con el CELAM para que los prelados aborden temas de la realidad de la Iglesia católica en Latinoamérica y las preocupaciones de la institución en esta región.
Los obispos de la región comprenden que para la nueva evangelización, y como se aborda en el documento de Aparecida, “…no basta el anuncio verbal. Hay que hacer vida y dar cuerpo al Evangelio a través de acciones, de gestos, que hagan transparente la presencia del Señor. Nos lo ha enseñado el mismo Jesús, nos lo han testimoniado los numerosos santos y mártires de nuestro continente y nos lo está mostrando en modo fascinante el Papa Francisco”.
El documento de Aparecida también hace un llamado a los obispos de la región a construir una iglesia “con rostro amable, capaz de dialogar con los hombres y mujeres de hoy, con el mundo y la cultura de nuestro tiempo; una iglesia que contagie la esperanza y la vida que brota del Evangelio; una Iglesia en la que todos sus miembros sean corresponsables de su conducción, de su destino y de su misión”.
El padre Cipriano Sánchez, director de la Comisión Arquidiocesana de la Pastoral Familiar considera que para Francisco, el documento de Aparecida vino a confirmar el modo en que lleva a cabo la evangelización. “Para él Aparecida volvió a encontrar acerca a la iglesia con las personas y sus necesidades, Aparecida es un programa hermoso de evangelización porque volvió a encontrar el camino para que la Iglesia siga adelante, que no se quede encerrada en una sacristía sino que salga y busque a las personas en su necesidad”.
Por lo anterior, el también asesor del cardenal Norberto Rivera en temas de familia, cree necesario que Aparecida se aplique en sacerdotes y laicos. Asimismo el religioso cree que la reunión que Francisco sostendrá con los obispos latinoamericanos será un reencuentro de amigos pues cuando era cardenal, Bergoglio llevaba una buena relación con ellos.
Sin embargo, el punto más importante de este encuentro es que se espera, de acuerdo al director de la Comisión Arquidiocesana de la Pastoral Familiar, que el Papa venga a reafirmar las líneas de evangelización para la región contempladas en Aparecida, entre ellas, que la Iglesia reafirme su papel de acercarse a los más necesitados, que sea una institución que enseñe con su ejemplo y su testimonio como hasta ahora lo ha hecho el propio Francisco.
El religioso sin embargo considera que esta reunión no es el lugar para que Francisco haga cambios radicales en la Iglesia, sino más bien, “reafirmará lo que ya quedó establecido en Aparecida e invitará a los religiosos y laicos a que se aplique y se viva el Evangelio de acuerdo a lo ahí dispuesto”.
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