Pascua y Navidad cuentan con una octava, son días que duran 8.
La Pascua es el solemnidad más importante del cristianismo, porque se actualiza la Resurrección del Señor, su victoria definitiva contra el pecado y la muerte.
Por lo anterior es también un tiempo litúrgico prolongado y en el que se expresa mayor alegría, es el más tiempo fuerte de todo el año.
La Pascua inicia con la Vigilia pascual y se prolonga por siete semanas hasta concluir con la solemnidad de Pentecostés, es decir la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y con lo cual inicia propiamente la vida de la Iglesia. En ese día se unieron a los que se salvarían unas 3 mil almas, relata el libro de los Hechos de los apóstoles.
A comparación del tiempo de Navidad, que es otro tiempo de gran alegría, le supera en extensión por mucho, ya que ésta se prolonga desde la Víspera de Navidad (Nochebuena) hasta el Bautismo del Señor, alrededor de una semana y media. Por supuesto es también más largo que los tiempos de preparación o penitenciales, adviento y cuaresma, que les comprenden 4 y 5 domingos respectivamente.
Si bien la celebración de todo el tiempo pascual ha de celebrarse como un solo día, las solemnidades de Pascua y Navidad cuentan con una Octava, es decir que los siguientes ocho días se han de considerar como el mismo día. Podríamos decir que el día de Navidad o el día de Resurrección duran temporalmente ocho días completos.
El II domingo de Pascua y último de la Octava se le conoce como también como la “De la Misericordia Divina” en el que se puede ganar una indulgencia plenaria.
Dentro de los días de Pascua se celebra la solemnidad de la Ascensión del Señor, a los 40 días del día de la Pascua, litúrgicamente se puede celebrar el día jueves como corresponde o el domingo más próximo dependiendo de la Iglesia particular como ocurre en las diócesis de México.
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Con información de ACI Prensa.
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