A propósito del domingo de la Palabra de Dios, quiero compartir con ustedes que la familia es el lugar más propicio para formar en la fe y vivir una espiritualidad profunda, siempre basada en la Palabra de Dios.
Debemos llevar un estilo de vida donde el centro de nuestra vida sea Jesús, y por consecuencia, la Biblia.
Por eso aquí les dejo mis 5 tips para adoptar la Palabra de Dios como centro nuestra vida familiar.
PRIMERO: Pon un altar en tu casa.
Nadie ama lo que no conoce, es por esto que debemos tener la Palabra de Dios en un lugar principal en nuestra casa, para que nuestros hijos la vean, la conozcan y la amen.
Debemos estar conscientes de que la Biblia es, real y verdaderamente, la Palabra de Dios, por lo mismo el lugar donde está debe ser digno y bien arreglado.
También debe ser accesible a todos los miembros de nuestra familia.
SEGUNDO: Entroniza la Biblia.
Es muy bueno que se haga una ceremonia familiar para darle a la Palabra de Dios su lugar adecuado.
De ser posible, que un sacerdote vaya a tu casa para hacer la entronización, pero si no es posible, el jefe de la familia puede hacerla.
De preferencia, que esté presente toda la familia.
TERCERO: Lee unos versículos a diario en familia.
Si nos organizamos, podemos hacer un plan para llevar una lectura constante y secuenciada de la Palabra de Dios.
Quizá puede ser un evangelio en especial o los Salmos, pero debemos hacerlo constantemente para que se nos haga un hábito.
Con que se lea unos versículos o una perícopa es suficiente. Y de ser posible, prepara material didáctico para los niños pequeños.
CUARTO: Que los niños tengan su Biblia para niños.
Esta Biblia es especial, ya que solo tiene las historias principales, con un lenguaje adecuado para los niños.
De ser posible, si nuestros hijos son pequeños, debemos leerle las historias para que desde tierna edad vayan conociendo nuestra fe.
Y QUINTO: Haz Lectio Divina en familia.
Esta oración con la Sagrada Escritura, es muy buena para hacerla en familia.
Es necesario informarnos de cómo se hace, luego hay que practicarla en familia para que poco a poco, la hagamos propia.
La Lectio Divina consta de cuatro partes: lectura, meditación, oración y contemplación y acción.
Podemos hacerla con nuestros hijos y tratar de hacerla a su nivel, pero también debemos tratar de hacerla como esposos para hacerla más profunda y más específica para definir la vida espiritual de Nuestra familia.
Ojalá que logremos poner en el centro de nuestra vida familiar la Palabra de Dios.
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