Ahora que el papa Francisco ha nombrado cardenal al arzobispo de Washington, Wilton Daniel Gregory, el primer afroamericano, no ha faltado quien arremeta de nuevo en contra suya, intentando destruir su imagen. Lo acusan de homosexual, y ello basado en chismes y acusaciones sin presentar ni una sola prueba o testimonio en su contra. Antes de este nombramiento papal, era ya blanco de racismo y difamación. Vayamos un poco atrás.
En junio de este 2020, una organización de Michigan que se dice católica, llamada Church Militant, atacó a este arzobispo con afirmaciones de las que no daba sustento, más que una versión ya torcida de un documento publicado en 2006. Lo que en ese documento se presentaba como una sospecha, lo convirtieron en una verdad. La respuesta del arzobispo de Detroit fue inmediata y fulminante, ante un racismo y una difamación contra su colega de Washington, Gregory; trascribo una parte enseguida.
Declaró el arzobispo Allen Vigneron: “El discurso racista y despectivo disminuye injustamente la dignidad otorgada por Dios a los demás. No está de acuerdo con las enseñanzas de Cristo. Mientras nuestra nación continúa su importante conversación sobre el racismo, tengo la esperanza de que los fieles se aparten de éste y de todos los demás actos o actitudes que niegan la dignidad inherente que comparten todas las personas”.
El arzobispo Vigneron declaró además que esa revista no era ni respaldada ni considerada parte del apostolado de la Iglesia. Lo mismo que otras publicaciones o páginas de internet que diciéndose católicas atacan a la Iglesia, en especial a los papas. Francisco, tan difamado, no ha sido el primero. Pío XII fue acusado de colaborador con el nazismo, Juan XXIII de hereje y sigue la lista.
El reportero y el fundador de Church Militant respondieron atacando de nuevo al arzobispo de Washington (antes de ser flamante cardenal), Wilton Gregory. Acusándolo de homosexual y con base en el escrito que mencioné. Se trata de un documento publicado por un exsacerdote, Richard Sipe, que dedicó años a atacar a la alta jerarquía de la Iglesia de faltar a la castidad, básicamente de forma homosexual. Según él los sacerdotes tienen una orientación sexual, independiente, dice, de su ejercicio o no. En sus alegatos de supuestas orientaciones sexuales de la jerarquía eclesiástica, llega a contradecir a quien fuera cardenal y ahora papa emérito, Joseph Ratzinguer, respecto a que la homosexualidad es “objetivamente desordenada”. Sipe escribió que eso era falso.
Church Militant había publicado un reportaje el 5 de junio diciendo que Gregory era un homosexual activo y el día 11 un video aún más difamatorio.
Sipe, dice, sin intentar probarlo, que los obispos y papas tales y cuales, tenían o tienen “orientación” homosexual, o bien heterosexual y bisexual, así como así, sin ninguna base. He leído cuidadosamente su documento. Hace una lista de 44 obispos americanos y pone lo que supone es su orientación sexual, incluyendo al arzobispo Gregory como de orientación homosexual (entonces era arzobispo de Atlanta).
Sipe hace esa lista y dice que: “Al publicar los siguientes nombres, debe quedar claro que no hay acusación de actividad sexual por parte de nadie mencionado. Aquí se enumeran las opiniones de orientación. Cada nombre ha sido examinado de cerca en base a algunos hechos, generalmente públicos, que pueden conducir a una opinión razonable”.
Durante años, acusaron al arzobispo Gregory de favorecer a grupos homosexuales, pues se acercó a ellos, y que por eso fue felicitado en la comunidad LGBT por su nombramiento. Ninguna prueba se ha aportado de respaldo real o de participación del arzobispo Gregory en actividades de esas organizaciones, y mucho menos de alguna aventura homosexual.
Sin embargo, la gente de Church Militant dijo que Sipe afirmó en su documento que Gregory es homosexual. O sea, contradijo su propia fuente. Si los chismes en contra del obispo y luego arzobispo Gregory tuvieran base sólida, Sipe bien pudo haberse dado el lujo de afirmar con testimonios o pruebas que este hombre era homosexual. Le hubiera caído de perlas en sus ataques sobre la falsa castidad sacerdotal, episcopal o papal.
Por otra parte, el arzobispo (ahora cardenal) Wilton Gregory, siempre se distinguió entre el episcopado norteamericano, y ha sido muy respetado. Su trayectoria episcopal es sobresaliente para la Iglesia católica de los Estados Unidos. Pero al menos por racismo y por odio a la Iglesia, es probable que, con el cardenalato, Wilton D. Gregory vuelva a ser difamado. Pero la historia de la Iglesia está llena de ataques y difamaciones de sus enemigos, algunos de ellos lobos disfrazados de corderos y humildes y fieles creyentes. Pero de esto ya nos había advertido Jesús.
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de voxfides.com