Desde hace casi dos mil años se inició la historia de una institución que partiendo casi de la nada, ha estado presente en la historia de una manera inseparable al menos en lo que conocemos como la cultura occidental.
Recordemos que todo se inició en un lugar que no era precisamente considerado como el más estratégico en su época, pero que era desde el punto de vista religioso muy particular por su fe en un solo Dios, y su intransigencia para aceptar algún otro, como lo hacían muchos otros pueblos incluyendo los romanos, que eran los dominadores de la historia en ese tiempo.
Jesús de Nazaret se presentó sin un currículum humano que lo pudiera respaldar para hacer una obra que pudiera ir más allá de un corto período en que fuera recordado, aunado a que tuvo un tiempo muy corto de vida pública, aunque de mucha intensidad, con enseñanzas profundas y hechos que muchos reconocemos como milagrosos, aunque para otros son leyendas, y que terminaría con una muerte muy dolorosa y humillante, que desde el punto de vista humano daba por terminada su historia, y además el abandono de casi todos sus seguidores en el momento más crítico, que fue el de su muerte en la cruz.
Pero para sorpresa de las autoridades religiosas y civiles, pronto sus discípulos conocidos como los apóstoles y discípulos, empezaron a decir que eran testigos de que tal como él mismo lo había dicho había resucitado, y de un grupo temeroso que había huido se transformaron en unos hombres dispuestos a cumplir aun a costa de su propia vida, con la misión que recibieron, de ir y predicar a todas las naciones las enseñanzas de Jesús, objetivo que parecía totalmente desproporcionado para los recursos humanos y económicos de los que disponían, historia que podemos conocer principalmente en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Los primeros tiempos fueron muy complicados, pero principalmente con las autoridades religiosas judías, pues los cristianos se decían ser realmente quienes llevaban a plenitud la religión judía, y los primeros cristianos provenían de judíos que se convertían a la nueva religión, inclusive muchos de ellos seguían pensando que el mensaje cristiano era exclusivo para el pueblo escogido.
Pero pronto se empezó a llevar el mensaje a otras tierras y a otros pueblos, para esta obra se incorporó un personaje de gran trascendencia, Saulo originario de Tarso, de la secta de los fariseos y originalmente enemigo y perseguidor de los cristianos, que por su propio testimonio dice que Jesús en persona se le apareció camino a Damasco a donde se dirigía para continuar con su persecución, quién lo cambió y lo convirtió en un apóstol más que sería conocido después como san Pablo.
Así llegó la nueva religión hasta el centro mismo del imperio, Roma, y al principio simplemente se le consideró como una minoría que no participaba en muchos de los eventos populares y religiosos, lo cual les fue trayendo la antipatía de algunos, y fue Nerón quién aprovechó esta circunstancia para culpar a los cristianos del incendio de Roma, y así se iniciaron las persecuciones contra ellos, que dieron muestras de una solidaridad y de un valor histórico. Poco a poco como institución se fue consolidando y creciendo y pasaron por múltiples situaciones, períodos de tranquilidad y períodos de persecución, hasta que el gran emperador Constantino ante la presencia ya innegable de los cristianos en todo el imperio decidió darles reconocimiento y libertad, y empezó a favorecer a la Iglesia, situación que muchos aprovechan para decir que Constantino fue el fundador de la Iglesia católica, dato absolutamente falso porque la historia ya venía de casi 300 años atrás, y otro paso muy importante fue cuando el emperador Teodosio prácticamente impuso la religión Cristiana como la oficial del imperio, así pasó el cristianismo de las catacumbas a estar presente en todos lados. Ese fue el principio, y después hubo presencia de la Iglesia en casi todas las actividades de la sociedad.
Pero siendo el tema la presencia de la Iglesia en los diversos campos de la sociedad, digamos por ejemplo en cuanto a los temas de salud, hoy tanto en boga, que en relación a los hospitales la Iglesia fue pionera en el tema, guiada por uno de los principales mandamientos de Jesús que es la Caridad, durante una peste a mediados del siglo tercero en Cartago y Alejandría, los cristianos impulsados por el obispo Cipriano no huyen de la ciudad, y se dedican a ayudar y atender a los enfermos y necesitados, después se fue haciendo recurrente el fundar hospitales anexos a las catedrales, en los centros de peregrinación, y así fue creciendo con el tiempo la asistencia de los enfermos por los obispos y por las órdenes religiosas, mucho antes que ningún Estado se preocupara por el asunto de la salud. Hoy en día se mantienen también muchos hospitales y centros de ayuda, con obras, tan sobresalientes como por ejemplo las de la madre Teresa de Calcuta y sus Misioneras de la Caridad presentes en casi todos los países.
En cuanto a la educación las raíces de las universidades se encuentran también relacionadas con la Iglesia, y muchas de las más afamadas universidades actuales tiene su relación con ella, y algunos personajes sobresalientes como san Juan Bosco, que promovió el desarrollo de un moderno sistema pedagógico conocido para la formación de los niños y jóvenes, que promovió la construcción de obras educativas al servicio de la juventud más necesitada, o san Juan Bautista de la Salle que fue un sacerdote, teólogo, y pedagogo francés innovador, que consagró su vida a formar maestros destinados a la educación de niños pobres, y muchos otros pedagogos y educadores que aún hoy en día son fuente de un sinnúmero de escuelas de todos los grados, desde kínder hasta universidades.
En cuanto al derecho, en una primera etapa, se puede decir que se produce la absorción por el derecho romano imperial de las normas cristianas, lo que hizo que se fuera identificando en gran parte lo religioso con lo civil, y en general las legislaciones posteriores se basaron en gran parte en los principios morales y éticos de la religión, y en el desarrollo de las doctrinas de los teólogos en las diferentes épocas, y aunque desde la separación de la Iglesia y el Estado, y pese a la creación de los estados laicos, no pocas veces inclusive antirreligiosos, no se puede dudar que las bases éticas del cristianismo siguen vigentes en gran parte de las leyes y las constituciones.
En las artes como la música, la pintura, la escultura y la arquitectura la influencia de la religión es especialmente notable cuando recorremos cualquier ciudad de Europa o América y vemos sus construcciones de iglesias, conventos, colegios, hospitales, y bibliotecas que se desarrollaron bajo el concepto religioso, y vemos que en los museos las obras religiosas ocupan lugares notables por su belleza y número, y muchas de las obras de los más notables genios de la música han sido influenciadas también por la fe y el pensamiento religioso. Y qué decir de la literatura en donde han existido notables escritores no solamente religiosos, sino, también laicos pero que llevan en sus creaciones el trasfondo de un mundo con tintes de trascendencia religiosa.
Y en el tema de la política, sin entrar en este momento en juicios de valor, en las diferentes épocas la presencia de la Iglesia ha sido muy importante, ya sea que se le considere benéfica o en ocasiones perjudicial, su presencia es históricamente innegable.
Ciertamente con la creación de los estados laicos modernos, que, aunque se llamen democráticos, en realidad no dejan de tener un tanto de totalitarios, en el sentido de querer abarcar todo sin competencia alguna, incluyendo la educación, la economía, la política, la asistencia social, la cultura, etc., erigiéndose en jueces supremos de todos los temas, inclusive los que antes correspondían solamente a la Iglesia como son los temas morales, y han creado utilizando los programas educativos una imagen negativa sobre la Iglesia, a la cual en muchas ocasiones consideran una especie de competidor para mantener el monopolio del control de la sociedad.
Pero los hechos nos demuestran que la Iglesia y el cristianismo forman una parte muy importante de nuestra historia y de nuestro contexto cultural, y durante mucho tiempo fueron el principal elemento aglutinador de las sociedades, y en forma muy particular de los mexicanos, por eso pretender ignorar esto, o deformarlo, es uno de los puntos que más nos han dañado como sociedad en el concepto de cuáles son nuestras raíces, y es una de las razones por las que cada vez hay menos puntos de unidad, y se aumentan las diferencias entre los diferentes grupos de mexicanos. Es por eso muy interesante estudiar este tema de una forma objetiva, y comprender que la Iglesia y la fe forman una parte muy importante de nuestra cultura y de nuestras raíces nacionales, y deben ser uno de los puntos de nuestro patrimonio, que compartimos como sociedad, aunque no formemos parte de la institución o seamos practicantes de la fe cristiana
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