1) Para saber
Cuando se habla de héroes, suelen identificarse con personajes fantásticos que hacen espectaculares proezas. Hoy tienen fama algunos superhéroes llevados al cine que realizan, gracias a la tecnología, hazañas increíbles. Sin embargo, no dejan de ser ficticios.
El papa Francisco, concluido su reciente viaje a Hungría y Eslovaquia, se refirió a quiénes son los verdaderos héroes: aquellas personas que se dedican a servir, a ayudar, que silenciosamente se ocupan y se preocupan del prójimo. En Bratislava visitó a las Hermanas Misioneras de la Caridad, de la Santa Madre Teresa de Calcuta, quienes “reciben a los descartados de la sociedad: rezan, sirven y ayudan. Y rezan tanto y ayudan tanto, sin pretensiones. Son los héroes de esta civilización”. Pidió a los asistentes reconocer su labor con un aplauso.
Advirtió el papa que el consumismo, el vivir para las cosas de la Tierra, conduce a diluir la presencia de Dios y nos aleja de Él. Nuestra respuesta vendrá de la oración y del amor humilde que sirve. Que retomemos una idea fundamental: El cristiano está para servir.
2) Para pensar
Hace años, a un joven llamado Pascual le gustaba tener nuevas experiencias. Por ello trabajaba en una agencia de viajes. Pero nada lo satisfacía. Oyó hablar de la Madre Teresa de Calcuta y quería conocerla. Viajó a Bombay pero no estaba ahí. Un día escuchó que estaría en Madrid y fue a verla. Se puso cerca y le sorprendió que la Madre Teresa, que había recibido el Premio Nobel de la Paz en 1979, estuviera enseñando a sus Hermanas a poner unas cuerdas para secar la ropa. Además escuchó que necesitaba viajar a Yugoslavia y no se podía comprar boletos por ser domingo. Pascual ofreció resolverle el problema. En agradecimiento, le permitieron llevar en su carro a la madre Teresa a una iglesia. Pascual no creía que fuera verdad. Pasada su incredulidad, le preguntó cómo servir a los demás en concreto. La Madre le explicó que una manera sencilla era realizar bien su trabajo. Lo importante era poner amor y así Dios convertiría su trabajo en servicio. En concreto, en su trabajo se requerirá tener paciencia con los clientes: “Haz tu trabajo con amor y paciencia y así servirás a los demás. Y luego reza. No dejes de rezar, Pascual”.
3) Para vivir
El papa Francisco señaló que el valor de una persona a los ojos de Dios no depende del éxito, ni del trabajo o el dinero que tiene en el banco, sino por el servicio. ¿Quieres sobresalir? Sirve, aunque a veces cueste. Cuando los discípulos discutían sobre quién era el más grande de ellos, Jesús les enseña que “si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos”. Servir no es una expresión de cortesía: es recorrer el camino de Jesús, quien no vino “a ser servido, sino a servir”.
El Santo Padre alentó a servir en primer lugar a los necesitados que no tienen nada que dar. Así acogemos a Jesús que está ahí, y recibimos el tierno abrazo de Dios. Terminó pidiendo orando: “que la Virgen María, humilde sierva del Señor, nos ayude a comprender que servir no nos disminuye, sino que nos hace crecer. Hay más alegría en dar que en recibir”.
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