1) Para saber
En un pueblecito vivía una anciana que había cumplido cien años. Les sorprendía dos cosas a sus conocidos: su dentadura bien conservada y que nunca hablaba mal o murmuraba de alguien. Cuando murió la viejita, en la homilía del funeral, el párroco comentó: “Esta buena mujer conservó hasta el final perfectamente sus dientes, porque nunca mordió a nadie”.
En su reflexión sobre la Carta a los Gálatas, el papa Francisco hizo énfasis sobre la exhortación de San Pablo para “vivir según el Espíritu”. Lo que implica hacerse cargo de las dificultades del otro, y si vemos que alguien comete una falta, en vez de hacer chisme, que le corrijamos con mansedumbre. Según el Espíritu es tener esta dulzura al corregirlo y vigilar para no caer nosotros en esos pecados. Porque, ¡qué fácil es criticar a los otros! Hay gente que parece tener una licenciatura en chismorreo, todos los días critican a los demás, dice el papa. Es preciso dar espacio a la caridad.
2) Para pensar
Muchas veces se critica sin saber las causas de cierto comportamiento. Así le sucedió a Virgilio, poeta romano autor de grandes obras como la “Eneida”. Se cuenta que gastó mucho dinero para el entierro de una mosca que, decía él, había sido su fiel mascota por años.
El cortejo fue acompañado por más de cincuenta músicos, plañideras que lloraban; el cadáver fue depositado en un pequeño mausoleo construido en medio de las tierras propiedad de Virgilio. No faltó una pequeña lápida con epitafio: “MVSCA. Sit tibi vrna levis et molliter ossa quiescant”, o sea, “Mosca. Te sea leve esta urna y descansen en ella tus huesos”. Se sirvieron exquisitos vinos y manjares, Virgilio recitó sentidos poemas y sus amigos discursos laudatorios.
Muchos criticaron al poeta, dijeron que estaba loco de remate. Desconocían el plan pensado por el poeta. Al morir Julio César, se había formado un segundo triunvirato entre Marco Antonio, Octavio y Lépido. Quienes pensaban emitir un decreto para expropiar las tierras de terratenientes para repartirlas a los soldados. Solo se exceptuarían los terrenos en los que hubiera tumbas (no se decía que tuviera que ser de personas), pues eran terrenos sagrados. Virgilio, enterado del peligro sobre sus tierras, se apresuró para hacer un entierro público y notorio de su querida “Mosca”, para que supieran que sus tierras ahora eran sagradas y a salvo de la expropiación. Su plan surtió los efectos deseados.
3) Para vivir
Ahora que comienza el tiempo de Adviento, podemos proponernos vivir según el Espíritu, como aconseja el papa Francisco. Ello implica creer en Jesús e ir por su camino, evitando el camino opuesto, el del egoísmo, orgullo, envidias, prejuicios, hipocresías, rencores, el de buscar el propio interés… El camino de Cristo es un camino maravilloso pero fatigoso. Empieza en el Bautismo y dura toda la vida. Como en una excursión a la montaña: es fascinante, pero requiere esfuerzo y tenacidad.
Cuando tengamos la tentación de juzgar mal a los otros, debemos reflexionar sobre nuestra fragilidad y no seguir el camino fácil del chismorreo. Y si es necesario hacer una corrección, seguir la regla suprema del amor: querer el bien de los demás.
Te puede interesar: El secreto de Jesús. ¿Alegría y dolor compatibles?
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de voxfides.com