No perder la ilusión

No perdamos la ilusión y la capacidad de asombrarnos

Estas fechas que hemos vivido nos hacen más sensibles y nos han hecho preparar y abrir nuestro corazón para ser pesebre de nuestro pequeño Niño Jesús, eso nos debe hacer vivir llenos de gozo y de un asombro inmenso pues es un milagro de Amor que el Dios mismo busque nuestro corazón para vivir en él.

Nosotros debemos trabajar para cuidar esa capacidad de asombrarnos y de no perder la ilusión de llevar a Jesús en nuestro corazón, pero aún más importante, educar a nuestros hijos en este estilo de vida, siempre dispuestos a tener la casita sagrada, nuestro corazón, limpio, apto y digno para el Rey de reyes, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Edúcalos para que vean los pequeños detalles.
El mundo y la moda nos quitan la atención de lo que es verdaderamente importante, pero debemos acostumbrar a nuestros hijos a ver lo pequeño, lo escondido, lo que está en segundo plano, pero que tiene un gran mensaje y significación.

Cuando perdemos la capacidad de ver los detalles, entonces nada nos puede llenar, y perdemos la capacidad de asombrarnos y esto trae como consecuencia que nada nos ilusione, es por esto que es tan importante educar a nuestros hijos para que pongan todo de su parte para ver los pequeños y grandes detalles que muchos pasan por alto.

Una muestra de esto es la vida, amanecer cada día es un pequeño gran detalle que muchas veces pasa desapercibido pero que es un gran milagro lleno de oportunidades y que debería asombrarnos siempre.

SEGUNDO. Que agradezcan todo.
Después del asombro viene la gratitud, virtud básica en nuestra familia.

Ser agradecidos nos hace nobles y nos ayuda a ser empíricos con los demás porque nos permite hacer notar y resaltar los esfuerzos de los demás por ayudarnos y eso debe ser motivo de asombro siempre.

Y no digo que solo sea asombroso lo extraordinario, digo que debemos asombrarnos y agradecer también lo cotidiano, por ejemplo, tener comida en la mesa, tener una cama calientita, tener una familia unida y que nos ama, etc.

Nuestros hijos pequeños y los adolescentes también piensan que todo se lo merecen y pierden la capacidad de asombro y de agradecer, pero es necesario que con nuestra ayuda la recuperen.

Educar en virtudes es un proceso que debemos fomentar y trabajar día con día y con mucha paciencia; poniendo en práctica pequeñas acciones concretas que les pueden ser muy útiles para esto de la gratitud.

Como papás debemos tener cuidado en educarlos para decir por favor y gracias, porque son pequeños detalles que causan ilusión y muestran educación.

TERCERO. Que aprendan a expresar sus emociones.
Otra cosa súper necesaria que nuestros hijos sepan expresar sus emociones y sentimientos, ya que muchas veces nosotros y los que los rodean no pueden entender su forma de actuar porque no es clara su comunicación.

Somos humanos y necesitamos de signos vivibles para darnos cuenta de que las cosas van bien o de que es necesario corregir el rumbo para que nuestra familia esté bien.

Si sabemos gestionar nuestros sentimientos y emociones y también sabemos expresarlas es más sencillo que podamos convivir adecuadamente y que las reuniones familiares sean motivo de ilusión y no de malestar generalizado.

Cada cabeza es un mundo por lo que no hay cosas obvias, es necesario expresarlas para que queden claras y que todos entendamos lo mismo.

Es básico recordar que se educa con el ejemplo, así que debemos empezar por nosotros mismos para que nuestros hijos lo puedan hacer.

CUARTO. Si se ensucia su corazón, hay que limpiarlo.
Cuando las cosas del mundo y la maldad van tomando más lugar en nuestro corazón y en el de nuestros hijos es así que después ya no queda lugar para las cosas buenas y para el Amor.

Si vemos que de pronto el corazón está lleno de odio y de rencor, debemos hacer un alto para vaciarlo y reconciliarnos.
Si vemos que está lleno de ira y enojo, debemos hacer un alto para ofrecer disculpas y que regrese la paz.

Si vemos que está lleno de tristeza y ansiedad, debemos correr frente a Jesús para llenarnos de Él y que tome el lugar que debe tener en nuestro corazón, así ya no cabrá nada más y nos llenaremos de Su Amor.

Y con estas pequeñas acciones seremos capaces de ver las cosas pequeñas, agradecerlas para poder asombrarnos e ilusionarnos por la vida y sus mieles, a pesar de los problemas y pruebas que se nos presenten.

Y QUINTO. Que aprendan a guardar en su corazón todo.
Es muy importante que llenemos nuestro corazón con estas cosas buenas para que sean como alimento y energía para cuando lleguen estos problemas y pruebas ya que un recuerdo puede ser tan fuerte que nos lleve a vivir el momento y nos de fortaleza e ilusión por vivir.

Las vicisitudes no dependen de nosotros, pero sí qué hacemos con ellas y cómo reaccionamos ante la adversidad, es por esto que debemos guardar todo en nuestro corazón y ofrecerlo todo a Dios para que sirva de intercesión por aquellas personas que se encomiendan a nuestras oraciones, por los que ofrecemos oración, por nuestra familia, por nuestra patria y por el mundo entero.

Guardar todo en el corazón, a ejemplo de la Virgen María, nos ayuda a ser cada vez más agradecidos y nos impulsa a que nuestro corazón esté siempre lleno de gratitud y Amor, dejando a un lado esos sentimiento negativos que nos quitan la capacidad de asombrarnos y evitan que nos ilusionemos hasta por los pequeños detalles del día a día.

Para nuestros hijos más pequeños es más sencillo y creo que en este caso, nosotros debemos aprender de ellos, a ver las cosas desde su mirada, porque al final de cuentas, si no nos hacemos como niños, no entraremos en el Reino de los Cielos, dice Jesús.

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