Nuestra madre

La Santísima Virgen María, madre de Dios y madre nuestra

Mayo es el mes de María por lo que es el tiempo perfecto para conocerla un poco más y sobre todo para acercarnos a ella, para ponernos bajo su protección y cuidado, a nosotros y a nuestra familia.

Debemos recordar que el mismo Jesús nos la dejó al pie de la Cruz para que nos cuide y proteja y nosotros lo único que debemos hacer es acudir a ella, no solo en lo personal sino también en familia y para eso tenemos todo el mes para fomentar nuestro amor por ella. No quiere decir que solo debamos hacerlo en este mes, sino que mayo es un mes dedicado a la Virgen María y sería muy bueno aprovecharlo al máximo.

Muchas veces nos cuesta trabajo tener una relación cercana con ella y es aquí donde te quiero compartir mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Aprende un poco sobre ella.

Nadie ama lo que no conoce, es por esto que debemos leer un poco lo que el magisterio de la Iglesia nos dice sobre la Santísima Virgen María.

Existen varios documentos a los que podemos tener acceso ya sea en las librerías católicas o en la página web del Vaticano. Uno de ellos es Redemptoris Mater de San Juan Pablo II que nos habla sobre la mariología, otro documento muy bueno es Marialis Cultus de Pablo VI sobre el culto y devoción a María Santísima.

Si nos ponemos a leer un poco sobre la Santísima Virgen es más fácil que la conozcamos mejor y así podamos apreciarla y amarla como a la madre de Dios y madre nuestra también.

SEGUNDO. Investiga sobre las diferentes advocaciones.

Es verdad que existen muchas advocaciones y que a veces nos cuesta trabajo saber a cuál de ellas acudir para pedir ayuda y protección, pero debemos estar seguros que todas son la misma Virgen Santísima que se hace cercana a nosotros y que, como en algún momento lo dijimos a los niños, se pone diferentes vestidos para ir a visitar a sus hijos de cierto lugar en particular.

Conociendo sus advocaciones podremos adoptar alguna y acercarnos más y más a ella.

En cuanto a la familia, siempre es más fácil que nuestros hijos crezcan con el amor a una advocación en particular, pero también podríamos ir adoptando a una cada cierto tiempo para que también nuestros hijos puedan escoger la que más les llegue al corazón. ¡Claro! Siempre recordando que es la misma Virgen María.

TERCERO. Escoge alguna devoción mariana.

Existen muchas, el santo Rosario, las tres Aves Marías, el Ángelus y en pascua el Regina Caeli, las novenas y las consagraciones, todas son muy buenas y todas nos acercan a la Madre del Cielo.

No importa por cual empieces, lo importante es que nos hagamos el hábito de rezarle a la Virgen Santísima, de todo corazón, ya sea personalmente o en familia.

Muchos me preguntan que si es mejor en familia y mi respuesta es que sí, ya que así nos encomendamos todos juntos como hijos suyos, además de que nuestros hijos crecerán con este amor a nuestra Madre y después será difícil que lo dejen porque se hace un estilo de vida.

CUARTO. Conoce las virtudes de la virgen y trata de imitarlas.

María Santísima es modelo de mujer y de madre, por lo que debemos conocer sus virtudes para después poder imitarlas en lo personal y educar a nuestros hijos en ellas.

Algunas de estas intubes son: una fe viva, la humildad profunda, la obediencia ciega a Dios, una esperanza infinita, la oración continua, la mortificación por sus hijos, la pureza, la paciencia heroica, una gran dulzura, la sabiduría que le fue compartida de su divino Hijo y una caridad ardiente.

Sé que todo esto suena inalcanzable para nosotros, pero es importante que comencemos a trabajar en estas y muchas otras virtudes que María Santísima tiene para asemejarnos poco a poco y cada día más a ella.

Y QUINTO. Comparte todo esto con tu familia y los que te rodean.

Todo esto no tiene sentido si no lo compartimos con los que nos rodean, porque cuando amamos a alguien lo queremos gritar a los cuatro vientos, es así que debemos compartir este amor a nuestra Madre del Cielo con los que nos rodean, empezando con nuestros hijos.

Para eso podemos hacer material didáctico que nos ayude a que nuestros hijos pequeños comprendan quién es María Santísima.

Para nuestros hijos más grandes podemos buscar libros adecuados a su edad y madurez como son: Las glorias de María de San Alfonso María de Ligorio, el Nicán Mopohua de Antonio Valeriano, María, mujer y madre del Padre Juan Pablo Ledesma LC, entre otros.

Lo importante es que todos la tengamos presente en nuestra vida personal y familiar, que nos sintamos sus hijos y recordar que “un hijo de María jamás se perderá”.

 

Te puede interesar: Celebremos la Pascua en familia

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de voxfides.com

@voxfides 

Artículos Relacionados