Como familia debemos ver a la Santísima Virgen María como nuestra madre y así, educar a nuestros hijos para que la vean como su Madre del cielo y nosotros los mexicanos, tenemos la bendición de tener la advocación de Guadalupe en nuestra patria.
Esto no debe ser difícil, porque aunque parece algo fuera de lugar, fue la Santísima Virgen quien le dijo a San Juan Diego ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi protección y amparo?
Es por esto que debemos sentirnos sus hijos porque en San Juan Diego estamos representados todos, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograr ver a la Santísima Virgen María como nuestra Madre y la de nuestros hijos.
PRIMERO. Que lean el Nican Mopohua.
Es la narración del acontecimiento Guadalupano, es decir, de lo que sucedió con San Juan Diego y la Santísima Virgen María en le Tepeyac.
Existen varias traducciones, pero la más fácil de entender es la que hizo el P. Mario Rojas.
Es importante que la conozcan para que puedan amar a la Virgen de Guadalupe y darle su lugar en la vida familiar.
Existen también versiones en video para niños como la que tienen el canal Flor y Canto. Santa Maria Reina de la Paz, que nos pueden ayudar a que los más pequeños de la casa puedan conocer esta historia y así comprender lo que pasa en la familia.
Podemos ayudarnos también de algunos dibujos o de material didáctico para nuestros hijos.
SEGUNDO. Que como Juan Diego, le entreguen sus preocupaciones.
Es importante que aprendamos a hablar con ella como a una madre amorosa que nos escucha todo el tiempo.
Y que nuestros hijos la vean como la madre del cielo, la mamá del niñito Jesús que nos la presta para que nos cuide a nosotros también, por eso podemos contarle lo que nos angustia o lo que nos pone tristes con la seguridad de que nos tendrá paciencia y nos llenará con su amor de madre.
Esto lo podemos hacer con sencillas oraciones salidas del corazón y nosotros debemos propiciar momentos de Silesio y oración para que nuestros hijos puedan aprender a dialogar con la Santísima Virgen María.
Mientras más cercanía haya con ella, será más fácil que aprendan a vaciar el corazón con ella y así dejen a un lado resentimientos y rencores y así que sea más fácil perdonar las ofensas y buscar la reconciliación y la paz.
TERCERO. Que acudan a ella para pedir su intercesión en los problemas.
Así como a San Juan Diego, la Virgen está presta para salirnos al encuentro y solucionar todos nuestros problemas y preocupaciones para que nosotros podamos enfocarnos en hacer la Voluntad de Dios, es decir, de su divino Hijo.
Por esto es bueno que tengamos momentos en el día para poder pedirle su apoyo e intercesión en los problemas cotidianos, sin temor a que no nos haga caso porque está muy ocupada pues una madre siempre tiene tiempo para escuchar a sus hijos.
Es bueno también que aprendamos a pedir correctamente lo que necesitamos, es decir, estar siempre dispuestos a que ella interceda ante Jesús para que nos alcance las gracias que le pedimos y no como un acto de magia o de superstición.
La Santísima Virgen es la medianera de todas las gracias y para ejemplo tenemos las bodas de Caná donde a los novios se les acaba el vino y ya no tienen que servir a los invitados y María se da cuenta y entonces va con Jesús y, en un acto de Amor, le ruega y le arrebata el milagro de que Jesús les conceda más vino, sin importar que deba convertir el agua en vino, haciendo posible lo imposible.
Debemos pedir lo que sea mejor para nosotros, la que haga que cumplamos con la voluntad de Dios y lo que nos lleve al cielo, aunque no sea lo que el mundo nos invita, lo que está de moda o lo que nos genere más lujos.
CUARTO. Que le lleven flores rezando el Santo Rosario.
A una madre le encanta que le den regalos y sobre todo que sean salidos del corazón de sus hijos. El santo Rosario es un gran regalo para la Santísima Virgen, ya que son oraciones que le ofrecemos donde la reconocemos como la Madre de Dios y llena de gracia.
Cada cuenta del rosario es como una flor que le entregamos salida de nuestro corazón, por eso es bueno enseñar a nuestros hijos a rezarlo con paciencia y amor; sin correr ni querer terminar primero para seguir jugando.
El tiempo que le dediquemos al santo rosario será tiempo para ella y juntaremos un gran ramo de flores, una corona de rosas para ella.
Nuestros hijos pequeños pueden rezarlo haciendo dibujos de cada uno de los misterios y así lograr que se los aprendan o por lo menos que los identifiquen bien.
Los más grandes pueden hacer su propio rosario y así hacerlo muy personal y super especial.
Pero debemos cuidar que como familia no dejemos de rezarlo porque Familia que reza unida, permanece unida. Es así que si tenemos un poquito de paciencia, podremos rezar con nuestros hijos el santo rosario y lograr generar un estilo de vida basado en esta bellísima oración.
Y QUINTO. Que en casa no falte una imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe.
Cuando queremos a alguien le tomamos fotos y hasta las colgamos en la pared más especial de nuestra casa.
Así también debe pasar con la Santísima Virgen, es bueno tener una imagen de buen tamaño para que nuestros hijos la conozcan, la reconozcan y por lo tanto la quieran mucho.
Si la tenemos en un altar familiar pues es mucho mejor porque así también nuestros hijos sabrán a donde acudir para hacerle su petición o para ofrecerle sus preocupaciones.
Es una realidad que hay miles de imágenes diferentes de la Santísima Virgen, pero en su advocación de Guadalupe es la que más se identifica con nuestro pueblo mexicano.
No es difícil conseguir una ya que la podemos encontrar en cualquier lugar, solo es necesario cuidar que no tenga variaciones y que sea de un tamaño adecuado para neutro hogar.
Y cuando estemos frente a ella podremos hacer algunas jaculatorias sencillas como “Santa María de Guadalupe, Reina de México, salva nuestra patria y conserva nuestra fe”.
Te puede interesar: Preparemos la casita sagrada de nuestro corazón para recibir a Jesús
Facebook: Vox Fides