“Levántate, no tengas miedo”, las palabras del milagro de JPII

Nunca perder la fe en Dios

La protagonista del segundo milagro atribuido al Papa Juan Pablo II, Floribeth Mora, dio el miércoles pasado durante un evento organizado por Misión Santa Fe, su testimonio de cómo fue aliviada de un aneurisma incurable por intercesión de nuestro próximo santo, con motivo de su próxima canonización el 27 de abril.

Costarricense de origen, Floribeth proyectó durante el evento una sencillez que sin duda la hace ver como esa persona a quien Dios escogió para mostrar su misericordia divina. Ante un auditorio muy atento, soltó las lágrimas al momento de recordar las reacciones de su esposo e hijos cuando le diagnosticaron un aneurisma cerebral por el cual los médicos le daban menos de un mes de vida.

Floribeth narró cómo unas semanas después, cuando las medicinas la tenían postrada en su cama, insistió en ver a través de la televisión la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II, a quien en esos momentos lloró como si fuera su padre el día de su muerte.

En la madrugada su familia asistió a la velada de oración que organizó la Arquidiócesis de San José de Costa Rica. Ella sabía que era muy difícil que pudiera permanecer despierta; su condición física no se lo permitía. Pensando en esto, fijó la mirada en una imagen que le fue regalada ese mismo día como parte de un suplemento especial de un diario local. Entonces escuchó una voz que se le hacía familiar: “Levántate, no tengas miedo”. Ella sintió un alivio inmediato, sabía que Juan Pablo II había intercedido por su salud.

“Nunca perdí la fe en Nuestro Señor”, enfatizó. No es de sorprender que después del milagro, Floribeth haya accedido a sujetarse a varias pruebas médicas, tanto en Costa Rica como en Italia, para demostrar que su salud estaba en las mejores condiciones.

Floribeth es una mujer que está muy consciente de que Dios la ha seleccionado; pero aún se pregunta: ¿por qué yo?, cuando hay miles de testimonios en todo el mundo.

Mensaje en tiempos de relativismo

Su esposo, Edwin Arce, es un hombre cariñoso, que muestra un amor muy especial por su esposa. Ella le pidió desde el primer diagnóstico que no la abandonara; sabía que él no la podía curar, pero tenía la necesidad de su compañía, le era indispensable para fomentar su fortaleza espiritual. Edwin no sólo la acompañó en su sufrimiento, sino que incluso fue quien le pidió dar a conocer el testimonio de su milagrosa curación.

En entrevista para yoinfluyo.com, esta pareja, que hoy en día ya tiene nietos, nos regaló una reflexión contundente sobre el matrimonio, institución que hoy en día está siendo vulnerada por el relativismo ético-cultural.

“Hay que tener confianza en la pareja, conversar, pues siempre habrá momentos difíciles, y si no hay comunicación, no hay realmente una solución a las dificultades por las que atraviesan en la vida los esposos”, subrayó la feliz pareja.

Estimado lector, Floribeth, protagonista del milagro de la canonización de Juan Pablo II, te deja el siguiente mensaje:

http://youtu.be/WqfUjg5btEk7

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