Vivamos la fiesta de la Misericordia en familia

Es hermoso ver que Jesús no deja de darnos regalos espirituales para que podamos alcanzar la salvación fácilmente.

En plena octava de Pascua tenemos la fiesta de la Divina Misericordia donde Jesús nos dice que nos da su Amor para justificarnos, pero nos pide que nosotros le consolemos con nuestras acciones conforme a su Voluntad.

En este sentido nosotros debemos enseñar a nuestros hijos a ser misericordiosos como Jesús lo es con nosotros. Aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Que sean empáticos.

Para poder ser misericordiosos primero debemos sentir con el otro, y para lograrlo es necesario conocer nuestros sentimientos para reconocerlos en nosotros mismos y después en los demás.

Tenemos muchos recursos que nos pueden ayudar a educar en la inteligencia emocional a nuestros hijos, videos, materiales didácticos, etc, pero no debemos olivar que la mejor estrategia es que nosotros les expliquemos cómo se siente en cada etapa que viven y que le pongamos nombre a eso que sienten, sobre todo cuando están pequeños.

Cuando nuestros hijos son más grandes, podemos sentarnos a platicar con ellos para que ubiquen con claridad lo que sienten y que puedan gestionarlo ya que en la adolescencia esto se vuelve complicado por el exceso de hormonas y la cantidad de sentimientos nuevos que se les presentan.

Otra forma eficaz es que también nosotros les digamos cómo nos sentimos y que vean que todos tenemos sentimientos positivos y negativos y que es necesario aprender a gestionarlos. 

SEGUNDO. Que conozcan las obras de Misericordia.

Es necesario que las tengamos claras como familia para que después podamos ponerlas en práctica.

Con mucha claridad debemos saber que existen dos tipos de obras de misericordia, unas corporales y otras espirituales.

Las corporales son:

Dar de comer al hambriento

Dar de beber al sediento

Dar posada al necesitado

Vestir al desnudo

Visitar al enfermo

Socorrer a los presos

Enterrar a los muertos

Las espirituales son:

Enseñar al que no sabe

Dar buen consejo al que lo necesita

Corregir al que está en error

Perdonar las injurias

Consolar al triste

Sufrir con paciencia los defectos de los demás

Rogar a Dios por vivos y muertos

Es bueno que las entendamos para hacerlas vida en nuestra familia.

TERCERO. Haz un plan familiar.

Cada familia tenemos costumbres distintas y por lo mismo podemos aterrizar de forma particular cada una de las obras de misericordia, por eso es bueno ponernos de acuerdo desde antes para lograrlo.

Nuestros hijos que ya tienen edad para comprender pueden ayudarnos con las propuestas de formas concretas para llevarlas a la práctica y los hijos pequeños nos pueden acompañar haciendo dibujos de lo que están escuchando y de cómo pueden ayudar ellos.

El plan debemos ponerlo en un lugar visible para que todos lo tengamos presente y si le podemos poner fechas y parámetros medibles será mucho mejor porque podemos ver cómo vamos avanzando.

CUARTO. Comencemos por la familia.

Es muy común que pensemos que las obras de misericordia las debemos hacer hacia afuera, con los que menos tienen, pero muchas veces, los más necesitados son los que tenemos cerca, en nuestra familia.

Si como papás hacemos un análisis de las necesidades que nuestros hijos tienen, podremos ver qué obras de misericordia podemos aplicar con ellos; y luego hacer el mismo ejercicio entre hermanos para que todos estemos en sintonía y trabajemos para conseguir lo que nos proponemos.

Que lindo es ver a la familia unida para hacer lo posible para que cada uno de sus miembros estén de lo mejor.

Y QUINTO. Sigamos celebrando la alegría de la Pascua y la Misericordia que Jesús nos regala.

Una forma muy bella de celebrar y compartir la alegría de la Pascua es haciendo obras de misericordia y compartiendo la gran noticia de la Resurrección con todos los que nos rodean, porque la Resurrección también fue un Don inmerecido de la Misericordia que Dios nos tiene.

Recordemos que la fiesta de la Pascua dura 50 días y que la alegría de la Pascua se nos debe notar.

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