1) Para saber
“El hombre es una caña, la más débil de la naturaleza; pero es una «caña pensante”. Esta frase dicha por Blaise Pascal, nos deja ver la paradoja que hay en el hombre. Por una parte está en inferioridad frente a las fuerzas de la tierra: terremotos, huracanes, incendios… y también respecto a otros seres vivos: unos vuelan y otros viven bajo el mar, unos son más rápidos o escuchan frecuencias imperceptibles para el hombre. Sin embargo, ante esas desventajas, el hombre cuenta con su razón, con la cual domina los elementos: al agua con las presas, o surca los aires con aeroplanos, construye vehículos veloces o radares precisos.
Precisamente, “Grandeza y miseria del hombre” es el título de la reciente Carta Apostólica del Papa Francisco dedicada a Blaise Pascal, pues esa paradoja está en el centro de su reflexión. Pascal nació el 19 de junio de 1623, en Clermont, en la zona central de Francia, y justo a los cuatro siglos, 19 de junio de 2023, el Papa quiso rendirle un homenaje con su carta.
Pascal es un ejemplo para nuestros tiempos, pues vivió en una época impregnada de un escepticismo filosófico y religioso, en que se ponían en duda muchas verdades o la misma verdad. Pero lejos de ceder y dejarse contagiar ante ese ambiente, Pascal buscó desde niño y hasta el final de su vida la verdad.
2) Para pensar
En su infatigable búsqueda de la verdad, Pascal profundizó en las matemáticas, la geometría, la física y la filosofía. Realizó descubrimientos extraordinarios desde muy tierna edad, hasta el punto de alcanzar una fama considerable.
Su madre murió cuando contaba con tres años. Desde muy temprana edad, Blaise mostró una mente excepcional y mucha exigencia en la búsqueda de la verdad. Nos relata su hermana Gilberte: “Desde su infancia sólo podía decidirse a aceptar lo que le parecía evidentemente cierto; de suerte que cuando no se le daban buenas razones, él mismo las buscaba”. Un día, el padre sorprendió a su hijo enfrascado en investigaciones de geometría. Fue grande su asombro al darse cuenta de que su hijo Blaise a sus doce años de edad, sin saber que estos teoremas ya existían en los libros, había demostrado completamente solo, trazando figuras en el suelo, las treinta y dos primeras proposiciones de Euclides. Gilberte recuerda que su padre quedó “espantado de la grandeza y de la fuerza de aquel talento”.
Pensemos si podríamos fomentar la misma actitud de una búsqueda sincera hacia la verdad.
3) Para vivir
Cuando el padre de Pascal fue nombrado Comisario Real y jefe de la recaudación de impuestos para Normandía, tardaba mucho tiempo en contar lo recaudado. Blaise, que tenía 19 años de edad, quiso facilitarle su trabajo e inventó una máquina calculadora automática mecánica a base de engranes. Se le conoce como la «Rueda de pascal» o Pascalina, que es una de las calculadoras más antiguas. La comercializó sin mucho éxito pues se fabricaban una a una y salían muy caras. Aún subsisten nueve de ellas.
Blaise Pascal es sumamente estimulante para nosotros, dice el Papa, porque nos recuerda la grandeza de la razón humana y nos invita a utilizarla para descifrar el mundo que nos rodea. Seguiremos reflexionando en la carta del Papa.
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