1) Para saber
“Lo simple puede ser más difícil que lo complejo. Tienes que trabajar duro manteniendo tu mente clara para hacer las cosas simples. Vale la pena llegar hasta el final con esto, porque cuando terminas puedes mover montañas.” Esta reflexión de Steve Jobs, no sólo eran palabras, sino que se empeñó en vivirlo y “materializarlo” en sus innovadores productos, que tanto han influido en el mundo entero. Experimentó lo que significa “mover” montañas.
En la vida espiritual es importante la sencillez para no complicarse. El Señor nos invita a ser sencillos como palomas. Por eso el camino indicado por Santa Teresita, señala el Papa Francisco, facilita caminar y llegar al encuentro de Dios. Un camino accesible a todos, pues no se requieren grandes capacidades o elaborados razonamientos. Santa Teresita supo vivir el amor a Dios en la pequeñez, en las cosas más simples de la existencia cotidiana.
2) Para pensar
En un escrito de Juan Carlos del Río, nos muestra cómo el hombre tiene cierta disposición para complicarse.
Una mañana, Nasrudin envolvió un huevo en un pañuelo, se fue al centro de la plaza de su ciudad y propuso a los que pasaban por allí que si descubrían lo que estaba envuelto en el pañuelo, les regalaría el huevo que estaba dentro.
Aunque la respuesta era obvia, las personas se miraron entre sí muy intrigadas, preguntándose dónde estaba el engaño. Pero Nasrudin insistió: “Lo que está en este pañuelo tiene un centro que es amarillo como una yema, rodeado de un líquido del color de la clara, que a su vez está contenido dentro de una cáscara que se rompe fácilmente… Es un símbolo de fertilidad y nos recuerda a los pájaros que vuelan hacia sus nidos. Entonces, ¿quién puede decirme lo que está escondido?”
Todos los habitantes pensaban que Nasrudin tenía en sus manos un huevo, pero siendo la respuesta tan obvia no la aceptaban, pensaban que había un truco en la propuesta. Pensaban que podría ser un instrumento de madera, tal vez una cajita, o un trapo, en fin, que nadie respondió.
Nasrudin preguntó dos veces más y nadie se arriesgó a decir algo impropio. Entonces, abrió el pañuelo y mostró a todos el huevo y les dijo: “Todos sabían la respuesta, pero nadie se atrevió. Así es la vida de aquellos que no tienen el valor de arriesgarse: las soluciones nos son dadas generosamente, pero luego se buscan explicaciones más complicadas, y se termina por no hacer nada. Sólo una cosa convierte en imposible un sueño: el miedo a fracasar. Que la próxima vez que la oportunidad visite nuestro camino, nos encuentre con el ánimo de probar, aunque no tengamos éxito”.
3) Para vivir
Como dice un refrán: “Más vale sencillez y decoro, que mucho oro”. La sencillez nos abre el camino a Dios. Santa Teresita, comenta el Papa Francisco, supo vivirla aprendiendo de la Virgen María. A partir del Evangelio, aprendió que María es la más grande del Reino de los Cielos porque es la más pequeña (cf. Mt 18,4), la más cercana a Jesús en su humillación. La Virgen María llevó una vida humilde y pobre, con la simplicidad de la fe, pero no por ello menos fuerte. Fue la primera en vivir el “caminito” que después propondría Santa Teresita.
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