Mensaje del Papa a jóvenes argentinos

Ciudad del Vaticano.- El Santo Padre envió el 26 de abril un videomensaje a los jóvenes de Buenos Aires en ocasión de la Pascua de la Juventud, que fue retransmitido en el Planetario de la capital argentina esa misma tarde. Francisco improvisó el texto del mensaje que le había pedido hace tiempo el cardenal arzobispo de la capital porteña, Mario Aurelio Poli.

”Estaba pensando, mientras bajaba a hacer esta grabación, qué les iba a decir (dice el Papa en el vídeo). Que hagáis lío, ya os los dije. Que no tengáis miedo a nada, ya os lo dije. Que seáis libres, ya os los dije. Entonces me vino a la mente la figura de algunos jóvenes del Evangelio. Algunos jóvenes que se cruzaron con Jesús o de los cuales habló Jesús… Pensé en los jóvenes Apóstoles, pensé en el joven rico, pensé en el joven que se fue a buscar una nueva vida con la herencia de su padre, pensé en el joven muerto… Cómo se conmovieron por la figura de Jesús, entusiasmados, con ese estupor que produce cuando uno se encuentra con Jesús…Y después los Apóstoles flaquearon y no se portaron tan bien… después viene la lucha por ser fieles a ese encuentro, el encuentro con Jesús… Dios es muy bueno. Dios aprovecha nuestros fracasos para hablarnos al corazón. No le dijo Dios a este joven: ”eres un fracasado, mira lo que has hecho. Lo hizo razonar”.

Francisco enumera varios ejemplos masculinos y bromeando se dirige a las jóvenes. ”Padre, usted es injusto (me van a decir las chicas), porque los ejemplos que da son para los varones, ¿y nosotras qué?… Vosotras sois aspirantes a consolidar con su vida la ternura y la fidelidad. Vosotras estáis sobre el camino de esas mujeres que seguían a Jesús, en las buenas y en las malas. La mujer tiene ese gran tesoro de poder dar vida, de poder dar ternura, de poder dar paz y alegría. Hay un sólo modelo para vosotras, María: La mujer de la fidelidad, la que no entendía lo que le pasaba pero obedeció. La que en cuanto supo lo que su prima necesitaba, se fue corriendo, la Virgen de la Prontitud. La que se escapó como refugiada en un país extranjero para salvar la vida de su hijo. La que ayudó a crecer a su Hijo y lo acompañó, y cuando su Hijo empezó a predicar, iba detrás de Él. La que sufrió todo lo que le estaba pasando a ese chico, a ese muchacho grande. La que estaba al lado de ese Hijo y le decía los problemas que había: ‘Mira: no tienen vino’. La que en el momento de la Cruz estaba junto a Él… Vosotras sois mujeres de Iglesia… que es femenina, es como María. Ése es vuestro lugar. Ser Iglesia, conformar Iglesia, estar junto a Jesús, dar ternura, acompañar, dejar crecer”.

Antes de finalizar, Francisco dice a las chicas en tono simpático y con marcado acento porteño: ”¡Ahora no se enojen, que ustedes salieron ganando sobre los varones!”, y las encomienda a ”María, la Señora de la Caricia, la Señora de la Ternura, la Señora de la Prontitud para servir”, para que les indique el camino. ”Que cada uno de vosotros (concluye dirigiéndose a todos los jóvenes) se encuentre con Jesús, con ese Jesús resucitado. Y os digo una cosa: ¡No tengáis miedo! ¡Mirad a Jesús, mirad a María y continuad hacia delante!”.

Con información de VIS

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