Para este primero de mayo, los movimientos que se inspiran en la asociación fundada por el padre Cardijn difundieron un documento con el que piden a Europa partir de las ideas de la “Evangelii gaudium”
Un primero de mayo en el que la atención por el trabajo de los jóvenes vuelva al centro de la Iglesia y de la sociedad. Es lo que piden en un documento común las asociaciones europeas que siguen a la Gioc (la Juventud obrera cristiana, según sus siglas en italiano), que nació en 1925 por iniciativa del sacerdote belga Joseph Cardijn. Una atención que la mirada del Papa Francisco sobre el tema de la dignidad del trabajo (en contraposición a la cultura del deshecho) vuelve a ser de gran actualidad en una Europa en la que los nuevos “obreros” son también los jóvenes relegados a empleos precarios y con bajos salarios.
El Papa Francisco (escriben en su documento las asociaciones vinculadas con la Gioc) recuerda a menudo que hay que poner al hombre en el centro y considerarlo como una riqueza y no como un deshecho. En su exhortación apostólica “Evangelii gaudium” escribió: “Así como el mandamiento de ‘no matar’ pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir ‘no a una economía de la exclusión y la inequidad’. Esa economía mata”. Por este motivo queremos reafirmar que los jóvenes son una riqueza para Europa y no un peligro”.
El documento de la coordinación europea de la Gioc no se limita a una enunciación de principios: en la presentación indica una serie de dramas bien precisos que viven los jóvenes en el mundo del trabajo hoy en Europa. Se citan, por ejemplo, el dato del 55.1 por ciento de desempleo entre los jóvenes menores de 25 años en España, la plaga del trabajo ilegal en Italia, el uso sistemático de contratos precarios y a corto plazo en Francia, las casi nulas posibilidades para el trabajo femenino en Malta
Son las cuestiones que los jóvenes de la Gioc indican como prioridades para Europa, que en este mes de mayo se prepara para ir a las urnas y elegir a sus parlamentarios.
Por ello, los jóvenes piden “una Europa en donde haya más igualdad”, en donde la dignidad del trabajo sea un valor independientemente de las tareas, en donde “buscarse un trabajo solos no sea la única alternativa”, en donde los jóvenes de los países europeos no se vean obligados a “entrar en competición entre ellos” por el trabajo. “Esperamos que todos los que se ocupan de la definición de las políticas nacionales y europeas actúen a favor de los jóvenes”.
El mensaje concluye citando otro pasaje de la “Evangelii gaudium”: “¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres! Es imperioso que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos”. Los jóvenes de la Gioc añaden: “Esta también será nuestra medida de juicio para el voto del 25 de mayo”.
Vale la pena notar que detrás de la sintonía entre los jóvenes de la Gioc y las ideas del Papa hay otro aspecto histórico muy interesante. Justamente al padre Cardijn y a las “revisiones de vida” que propuso a sus jóvenes obreros se debe el origen del criterio “ver-juzgar-actuar”, que tanta importancia ha tenido recientemente en la historia de la Iglesia latinoamericana.
Alrededor de este esquema se articuló, por ejemplo, la Asamblea del Episcopado latinoamericano que se llevó a cabo en 2007 en Aparecida, en donde Bergoglio fue uno de los protagonistas. Lo que une a la Gioc con el Papa Francisco, pues, no es sólo una atención general por los jóvenes más humildes, sino también una invitación para analizar y afrontar, desde la raíz, las causas de temas como las desigualdades y la marginación de los jóvenes en el mundo del trabajo de nuestros días.
@yoinfluyo