En días recientes, la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano confirmó el milagro atribuido a la intercesión de Pablo VI que servirá para su beatificación. Ahora la pregunta es ¿Quién fue Pablo VI?
En diciembre de 1958 fue creado Cardenal por S.S. Juan XXIII, quien, al mismo tiempo, le otorgó un importante rol en la preparación del Concilio Vaticano II, al nombrarlo su asistente. Durante estos años previos al Concilio, el Cardenal Montini realizó algunos viajes importantes: Estados Unidos (1960); Dublín (1961); África (1962).
El 21 de junio de 1963, el Cardenal Montini fue elegido a sus 66 años de edad como sucesor del Pontífice Juan XXIII, tomando el nombre de Pablo VI.
Posterior a su elección como Vicario de Cristo, dio a conocer el programa de su pontificado: su primer y principal esfuerzo se orientaba a la culminación y puesta en marcha del Concilio Vaticano II, convocado e inaugurado por su predecesor. Además de esto, el anuncio universal del Evangelio, el trabajo en favor de la unidad de los cristianos y del diálogo con los no creyentes. La paz y solidaridad en el orden social (esta vez a escala mundial) merecerían su especial preocupación pastoral.
En septiembre de 1963, Pablo VI abre la segunda sesión del Concilio y la clausura el 4 de diciembre con la promulgación de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia.
En enero de 1964 el Papa Pablo VI realiza un viaje sin precedentes a Tierra Santa, en donde se da un histórico encuentro con Atenágoras I, Patriarca de Jerusalén.
El14 de septiembre hasta el 21 de noviembre de 1964 se da la tercera sesión conciliar y clausura, en la cual se promulgaría a María como Madre de la Iglesia.
El 4 de octubre, durante la cuarta y última sesión del Concilio, viaja a Nueva York a la sede de la ONU, para hacer un histórico llamado a la paz mundial ante los representantes de todas las naciones.
El 7 de diciembre de 1965, un día antes de finalizar el gran Concilio, el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I hacen una declaración conjunta, el de inspirar conjuntamente la caridad, para ser capaces de facilitar el desarrollo de las relaciones fraternales entre la Iglesia católica romana y la Iglesia ortodoxa de Constantinopla.
El 8 de diciembre de 1965 confirmaba solemnemente todos los decretos del Concilio y proclamaba un jubileo extraordinario.
El Papa Montini tuvo también una gran preocupación por la unión de los cristianos, causa a la que dedicó no pocos esfuerzos, dando así los primeros pasos hacia la unidad de todos los cristianos.
Por otro lado, fomentó con insistencia la colaboración colegial de los obispos, impulsando el proceso de consolidación de las Conferencias Episcopales Nacionales en toda la Iglesia, los diversos Sínodos locales y también los Sínodos internacionales trienales.
Otro caso importante de su pontificado lo constituye el viaje realizado al Continente Americano para la inauguración de la II Conferencia general del Episcopado Latinoamericano, siendo ésta la primera vez que un Sucesor de Pedro pisaba tierras americanas.
Algunas de las encíclicas que se destacan de Pablo VI es la Ecclesiam suam, publicada el 6 de agosto de 1964 al finalizar la segunda sesión del Concilio, que planteaba tres caminos por los que el Espíritu le impulsaba a conducir a la Iglesia.
El primer camino era el espiritual, que se refería a la conciencia que la Iglesia debe tener y fomentar de sí misma.
El segundo es moral, que se refiere a la renovación ascética, práctica canónica que la Iglesia necesita para conformarse a la conciencia mencionada, para ser pura, santa, fuerte, auténtica.
Y el tercer camino es apostólico, que se refería al diálogo, es decir, al camino, al modo, al arte, al estilo que la Iglesia debe infundir en su actividad ministerial dentro del complejo mundo contemporáneo, destacando que la conciencia y el diálogo eran los caminos que le abrirían las puertas a una Iglesia viva.
También escribió la Populorum Progressio en 1967, que hablaba sobre la necesidad de promover el desarrollo de los pueblos.
La Humanae Vitae de 1968, esta encíclica, que además incluyó el subtítulo “Sobre la regulación de la natalidad”, detalla la postura que tiene la Iglesia Católica hacia el aborto y los métodos anticonceptivos. Debido al hecho que la encíclica prohíbe todo tipo de control artificial de la natalidad, su publicación resultó muy controvertida especialmente entre los católicos.
Lo que a S.S. Pablo VI le tocó vivir como Pastor universal, lo resume San Juan Pablo II: “Me maravillaron siempre su profunda prudencia y valentía, así como su constancia y paciencia en el difícil período posconciliar de su pontificado. Como timón de la Iglesia, barca de Pedro, sabía conservar una tranquilidad y un equilibrio providencial incluso en los momentos más críticos, cuando parecía que ella era sacudida desde dentro, manteniendo una esperanza inconmovible en su compactibilidad”.
El 6 de agosto de 1978, Pablo VI muere en la Fiesta de la Transfiguración.
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