Aunque preocupado por los dramas de la migración y las guerras que tensionan distintas regiones del mundo, el Papa Francisco no descuida la importancia que la familia y las relaciones personales tienen para una sociedad. Y no dejó de destacar también la importancia de lograr la felicidad en la vida para alcanzar una vida plena.
El Sumo Pontífice recibió a la revista “Viva” en la residencia de Santa Marta; y, consultado por el periodista Pablo Calvo, dejó diez consejos para andar siempre con una sonrisa por la vida, que a continuación reproducimos:
1. Vive y deja vivir
“Aquí los romanos tienen un dicho, y podríamos tomarlo como un hilo para tirar de la fórmula que dice: ‘Camina hacia adelante y deja que la gente vaya adelante’’. Vive y deja vivir es el primer paso de la paz y la felicidad”.
2. Darse a los demás
“Si uno se estanca, corre el riesgo de ser egoísta. Y el agua estancada es la primera que se corrompe”.
3. Moverse con sosiego y humildad
“En ‘Don Segundo Sombra’ hay una cosa muy linda, de alguien que relee su vida. El protagonista dice que de joven era un arroyo pedregoso que se llevaba por delante todo; que de adulto era un río que caminaba hacia adelante, y que en la vejez se sentía en movimiento, pero lentamente, remansado. Yo utilizaría esta imagen del poeta y novelista Ricardo Güiraldes; ese último adjetivo, ‘remansado’. La capacidad de moverse con benevolencia y humildad, el remanso de la vida. Los ancianos tienen esa sabiduría, son la memoria de un pueblo. Y un pueblo que no cuida a sus ancianos no tiene futuro”.
4. Jugar con los niños
“El consumismo nos llevó a esa ansiedad de perder la sana cultura del ocio, de leer, de disfrutar del arte… Ahora confieso poco, pero en Buenos Aires (Argentina) confesaba mucho, y cuando venía una mamá joven le preguntaba: ‘¿Cuántos hijos tienes?, ¿juegas con tus hijos?’. Y era una pregunta que no se esperaba; pero yo le decía que jugar con los chicos es clave, es una cultura sana. Es difícil, los padres se van a trabajar temprano y vuelven a veces cuando sus hijos duermen; resulta difícil, pero hay que hacerlo”.
5. Compartir los domingos con la familia
“El otro día, en Campobasso, fui a una reunión entre el mundo de la universidad y el mundo obrero. Todos reclamaban el domingo no laborable. El domingo es para la familia”.
6. Ayudar a los jóvenes a conseguir empleo
“Hay que ser creativos con esta franja (de edad). Si faltan oportunidades, caen en la droga. Y está muy alto el índice de suicidios entre los jóvenes sin trabajo. El otro día leí (pero no me fío porque no es un dato científico) que había 75 millones de jóvenes de 25 años para abajo desocupados. No es suficiente darles de comer: hay que inventarles cursos de un año de fontanero, electricista, costurero. La dignidad te la da el llevar el pan a casa”.
7. Cuidar la naturaleza
“Hay que cuidar la Creación, y no lo estamos haciendo. Es uno de los desafíos más grandes que tenemos”.
8. Olvidarse rápido de lo negativo
“La necesidad de hablar mal del otro indica una baja autoestima; es decir, yo me siento tan abajo que, en vez de subir, bajo al otro. Olvidarse rápido de lo negativo es sano”.
9. Respetar al que piensa de forma distinta
“Podemos inquietar al otro desde el testimonio, para que ambos progresen en esa comunicación. Pero lo peor que puede haber es el proselitismo religioso, que paraliza: ‘Yo dialogo contigo para convencerte’, no. Cada uno dialoga desde su identidad. La Iglesia crece por atracción, no por proselitismo”.
10. Buscar activamente la paz
“Estamos viviendo en una época de mucha guerra. En África parecen guerras tribales, pero son algo más. La guerra destruye. Y el clamor por la paz hay que gritarlo. La paz a veces da la idea de quietud, pero nunca es quietud, siempre es una paz activa. En mi agenda no está el Nobel”.
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